Señor Director:
¿Cuál debería ser la vocación del PS chileno como partido de oposición?. Los socialistas tienen una densidad política objetiva como para poder articular una nueva coalición opositora aglutinando desde la DC hasta el Frente Amplio, pasando por todas las fuerzas políticas que integraron la Nueva Mayoría. Hasta ahora, aparentemente el PS ha preferido caminar por la cornisa llamando a sus mandatarios y cuadros a no integrar ninguna Comisión de los Acuerdos Nacionales (niñez, seguridad ciudadana, entre otras) obligando el diálogo transversal en el Congreso en sus diferentes cámaras y comisiones.
Por otro lado, algunos de sus líderes se han dispuesto a pagar los costos políticos por cuestionar al Ministro de Hacienda mientras que sus dos militantes que presiden la Cámara de Diputados y del Senado se encuentran en una posición de negociación significativa. Otro capital político es la impronta simbólica de Michelle Bachelet más allá de cualquier cuestionamiento político de su gestión y como marco referencial doctrinario al interior del PS. En ese radio, su relacionamiento con el Frente Amplio es tan natural como con los otros socios de siempre.
En suma, los socialistas tienen la gran oportunidad de cumplir un rol coyuntural y de época. No sólo de articulador de una parte del sistema político, sino que de integrar vanguardias que apunten a modificaciones culturales de género, medio ambiente y la búsqueda de equidad social. Ser un un aporte de cambio para un país que precisa más igualdad, fraternidad, libertad y solidaridad en un sentido colectivo y comunitario.
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