Señor Director:

El Chile de hoy es nepotista y corrupto, todos lo sabemos, lo que no sabemos a ciencia cierta, es la causa que produce estos efectos, que según la inteligencia de la derecha son los ”nuevos valores”, que hay que necesariamente introducir en la política y los negocios.

Definitivamente, se puede pensar que tiene que ser así, pues de lo contrario no habría salido reelegido Piñera y sus acólitos, o que el voto duro de la izquierda por temor a elegir políticos corruptos de su propio sector se abstuvo en gran parte.

En esta vueltas se abstuvo más del 50% del electorado. Para colmo ambos sectores hablan de ilegitimidad de las elecciones en Venezuela, lo cual es el colmo de la sinverguenzura, y la mitad de los chilenos los cuales se tragan esta rueda de carreta creen en estos nuevos valores neoliberales, preconizados por los nuevos pensadores de la derecha, como A. Kaiser, los Kast y cia, que se están teniendo y siendo financiados por el empresariado.

Que todo lo han comprado y financiado, y cuya primera gran inversión fue el golpe cívico-militar del 73.

Son nuevos los valores de la oligarquía lo que rigen en la sociedad, y esto como es global se expandirá a todo el mundo, pues lo mismo empieza a ocurrir fuera de nuestras fronteras.

Los jóvenes que nacieron en la pos dictadura dan por lo claro que esta es la realidad, que no hay otra, y que si la hubo, fue extremista, y estoy hablando del estado de bienestar, no de un régimen de izquierda, como los de Cuba y Venezuela en donde estos ”nuevos valores” son condenados, con duras penas, incluso en Estados Unidos todavía.

Entonces para mí, Sr Director, que soy un ciudadano y de izquierda, es como si estuviera viviendo en una pesadilla, aunque también he tenido sueños lúcidos en donde hay un pais con Nueva Constitución, con impermeabilidad entre los poderes del estado y sus instituciones, en donde la oligarquía y el nepotismo fueran mantenidos a raya, lo que ha sido una lucha constante de la humanidad.

Esperemos Sr Director que despertemos de esta pesadilla, y lo hagamos en una realidad país.