Señor Director,  Estimado Juan Pablo:

Es triste saber que un pensamiento, una voz y una pluma (ahora teclado de computadora) se alejan de un escenario de la comunicación nacional, donde faltan los periodistas honestos. Tus artículos eran como luces que iluminaban en la oscura y putrefacta realidad periodística chilena, donde la mayoría de los periodista bailan al son de los poderosos que ponen la música, es decir los grandes empresarios dueños de los medios de comunicación masiva, tanto nacionales como internacionales.

Desde mi exilio, en Seattle (USA), es que veníamos, con otros compañeros, siguiendo tus artículos en la ahora desaparecida revista Análisis. Es también triste y doloroso haber sido testigo de la desaparición de todos aquellos medios que valientemente combatieron a la dictadura. Meses atrás seguía tus artículos en uno de los últimos bastiones del pensamiento y la verdad, me refiero a la revista Punto Final, que lamentablemente también sucumbió a la traición de los “revolucionarios puño en el alto” que, entraron a la Moneda, bajaron sus puños, y abrieron sus manos para amasar sus nuevos sueldos y engrosar sus cuentas bancarias.Es de esperar que sigas, desde tu descanso, escribiendo y aportando claridad, especialmente a la juventud.

Con mucho agradecimiento,