Querido compañero Juan Pablo:

En nuestros hogares de ex exiliados en Alemania, le extrañaremos.
Por años escuchamos su columna matinal sintiéndonos interpretados por Ud.
Ud. nos tradujo los discursos mentirosos de los politiqueros de la vieja y de la nueva derecha chilena, nos tradujo los engañosos manejos de las corruptas y corruptos empresarias y empresarios haciéndose dueños de todo lo que pueda producir dinero, aún a costa de aumentar la pobreza, los daños a la salud y la sed a millones de seres humanos y de la destrucción del medio ambiente. Por Ud. supimos de los robos de las y los funcionarios de las instituciones armadas y del orden, de los crímenes de la curia chilena con niños y adolescentes. Y de vez en cuando, nos trajo también Ud. una pequeña luz de esperanza cuando informó alguno de los pocos sucesos positivos de nuestro pobre país, preñado de traiciones y aún sangrando por las heridas de los miles de asesinados y detenidos desaparecidos de la dictadura cívico militar.

Le agradezco su trabajo de años, su consecuencia y su lealtad para con todas y todos los menos favorecidos de nuestro país.

Que la vida le traiga muchos buenos días por muchos años.