Señor Director:Desde que publicara un artículo mío hace ya más de treinta años en la Revista Análisis, he seguido su trabajo y he aprendido a apreciar su transparente y su ejemplar ética periodística. Manifestada, entre otros aspectos, por la publicación de las opiniones de colaboradores sin censura o distorsiones que diluyan su contenido, con el objeto de hacerlas apetecibles al delicado paladar de los autodesignados poderosos y de la gente con dinero e infkuencia.
En un ambiente en que la mayoría de los periodistas se caracterizan por ser amanuenses del Estado, del dinero y de la supuesta autoridad, y en el cual repiten como loros circenses la propaganda y los prejuicios que sustentan el incivilizado e injusto statu quo, su labor y sus certeros artículos han sido siempre la luz generosa que derrota las forzadas y mezquinas tinieblas que oscurecen el camino hacia el bien común.
Le deseo lo mejor en las nuevas tareas que emprenda y le agradezco sus esfuerzos para construir un Chile más democrático y más civilizado, del cual tal vez nos podamos sentir orgullosos algún día.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.