Si bien el gobierno presentó la Ley de Estatuto Joven como un gran logro, el recibimiento que ha tenido la iniciativa de Sebastián Piñera en el mundo laboral y estudiantil ha sido la de un retroceso, pues diversas organizaciones han denunciado que el proyecto precarizará las condiciones laborales de los jóvenes estudiantes, quienes tendrán necesariamente que firmar un contrato especial amparado en esta ley.

Por eso, la jornada de este jueves en Plaza de Armas, se convocó a una manifestación para rechazar la iniciativa, la que fue aprobada por la Cámara Baja el jueves 12 de julio con 83 votos a favor y 51 en contra, pasando a trámite en el Senado.

Desde el Ejecutivo han señalado que el proyecto permitirá incentivar la inclusión laboral de jóvenes entre 18 y 24 años, sin embargo, los trabajadores jóvenes de la Agrupación de Empleados Fiscales (ANEF) aseguraron que la iniciativa sólo busca mano de obra barata en beneficio de las empresas. Así lo expresó Mauro Díaz, coordinador del Comité de jóvenes de la ANEF.

“Rechazamos la mercantilización de las relaciones laborales. Creemos que este estatuto viene a precarizar el mundo del trabajo, quitándole derechos y desprotección a la maternidad, aplicando una jornada discontinua de trabajo, lo que la hace mucho más flexible y una mano de obra mucho más barata para las empresas, contratando personas solamente en las horas de alto flujo, generando con ello una sustitución laboral. Nada justifica que exista un contrato especial, en pro de establecer ciertos beneficios para los estudiantes, porque aquí hay una cortina de humo en la cual se está desvirtuando la discusión de fondo que es la educación gratuita, pública y de calidad”.

Por su parte, Amanda Luna, vocera de la ACES, indicó que además de la manifestación de este jueves, las movilizaciones en la calle seguirán produciéndose mientras no se escuchen sus demandas.

“Hoy son más de 250 mil los estudiantes entre los cinco y los diecisiete años que deben trabajar, muchas veces abandonando sus estudios. En el caso de los compañeros técnicos profesionales, teniendo que trabajar sin tener paga a la hora de sus prácticas laborales. Es por todo esto que rechazamos rotundamente el estatuto laboral juvenil y exigimos su retiro, porque no seguiremos siendo las manos de obra baratas que mueven sus riquezas y sus empresas. El llamado es a manifestarnos este miércoles a las 18:00 horas en Plaza de Armas, porque seguiremos defendiendo nuestros intereses en las calles”.

Por la mañana de este jueves, organizaciones estudiantiles se manifestaron vestidos de Ronald Mcdonalde en las afueras de la Dirección del Trabajo en contra del Estatuto Joven, sin embargo, el momento más incómodo se vivió en la Casa Central de la Universidad de Chile, cuando el presidente Sebastián Piñera emitía un discurso durante la ceremonia de toma de posesión del rector Ennio Vivaldi.

En la ocasión, una asistente encaró al mandatario por sus políticas en materia educacional y por el polémico estatuto docente. Según la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Karla Toro, la idea era dialogar con Piñera, sin embargo, al impedírseles la entrada a la ceremonia, se vieron en la necesidad de ocupar este recurso.

“No nos quedó otra que manifestarnos en el Salón de Honor. Nosotras no queríamos hacer esto, queríamos hacer algo donde pudiésemos conversar directamente con el presidente y preguntarle ‘¿va a seguir condonando la deuda de los bancos? ¿va a seguir precarizando la vida de los estudiantes a costa de un estatuto laboral? Esas son las demandas que hoy tenemos y que tanto la ministra (Marcela) Cubillos como el presidente Sebastián Piñera no han sabido responder al movimiento social por la educación ni menos al movimiento feminista”.

Entre otras medidas, con el Estatuto Laboral Joven no será necesario otorgar el fuero maternal ni sindical de los trabajadores, ni el descanso dominical, tampoco habrá prestaciones por término de contrato, y las jornadas laborales diarias podrán ser divididas en varios bloques, o sea, si el empleado debe trabajar cinco horas un determinado día, la empresa podrá decidir que labore dos horas por la mañana y tres por la tarde.

Todo esto apelando a la flexibilidad laboral, incentivos al empresariado que, según el Gobierno, debiese traducirse en más empleo.