“Me interesa estudiar los tejidos, tenía intuición y en los dibujos todo me parecía interior y mirado de cerca… Cuando accedí a los microscopios vi que esos tejidos del cerebro, del pulmón y la dermis se parecían mucho a los dibujos que estaba haciendo”. La cita anterior, refleja la inspiración de la artista chilena Liliana Ojeda para crear las obras de la exposición “Historias de Piel”.
La muestra de joyería contemporánea está compuesta por alrededor de 15 piezas donde se plasman formas, colores y texturas de partes del cuerpo que no estamos acostumbrados a ver.
“Me pareció interesante trabajar con la metáfora del sentido del tacto y me inspiré en todas las sensaciones que se reconocen en los poros… El tacto me pareció el más amplio, el más complejo y es subestimado” reflexiona la autora en entrevista con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile.
“Imagen publicada en Instagram. El sentido del tacto también nos ayuda a percibir la presión. En esta futura pieza, los tubos de cerámica perforados serpentean mostrando el interior que se sale hacia fuera, el peso apelotona, circula y activa movimientos. Lo mismo pasa al interior de las membranas corporales que envuelven nuestras células” (https://lilianaojeda.com/).
La artista, que se formó en la Escuela de Arte de la Universidad Católica, tenía la inquietud de ir a un espacio médico y conectarse con esa área. Por esta razón, exploró imágenes de tejidos para usarlas como referentes a través del uso de microscopios del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Chile.
“Entraba a los laboratorios y me preguntaban: ¿tú que haces? Mi respuesta era joyería y me miraban extrañados” recuerda. Agrega que la disposición fue buena porque además desde la Facultad de Medicina quieren divulgar las ciencias a todo nivel con el público en general.
Para Liliana Ojeda, es una propuesta que llama a volver a sentir. “Estamos acostumbrados a vernos en un libro y la experiencia de ir al médico se vuelve tan fría. Mi exposición va a tener un ambiente médico, pero la idea es humanizar esto que tenemos e internalizarlo un poco más. Desde que somos niños el tacto y reconocer nuestras sensaciones son algo muy importante”.
El proyecto, financiado por FONDART, busca la unión entre arte y ciencia. La artista escogió trabajar con materiales como porcelana, metal y textiles para dar forma a verdaderos órganos portables.
“He ido descubriendo un montón de posibilidades, me he centrado en ciertos colores desde el blanco y todos los tonos de piel…También la puesta en escena es jugada porque, a pesar que son joyerías no hay vitrinas. Puedes tocarlas y mirarlas de cerca”.
La exposición se inaugura el próximo 31 de agosto en Espacio Grisalla. A fines de este año, también se exhibirá en Valparaíso y Punta Arenas.
Liliana Ojeda tiene su inspiración clara: “es un deseo de humanizar lo que hemos dejado de lado con las máquinas y tecnologías, que exista joyería que no es frívola, tiene conceptos y que quiere entregar un mensaje se debe divulgar”.
“Ahora no suena tan raro”
Liliana Ojeda se especializó en escultura y para su examen de título, presentó una serie de obras de gran formato y estilo minimalista, realizadas casi completamente en cerámica, material que estaba relegado a las artes aplicadas.
Inmediatamente después, obtuvo el 1er premio género escultura en concurso Pintura y Escultura Joven 1998, organizado por la Ilustre Municipalidad de Santiago, y fue invitada a exponer en el Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia.
Luego vino una larga estadía en Inglaterra, y su ingreso a la Universidad UCE de Birmingham, donde obtuvo un Master en Joyería (2000). Liliana Ojeda descubrió en Inglaterra, que seguiría haciendo arte pero desde un lugar íntimo y con una escala más pequeña. Arte portable le llaman algunos, otros, Joyería Contemporánea.
“Ha sido un proceso bonito desde que llegué de Inglaterra con este concepto que era nuevo y ahora, por suerte, no suena tan raro” comentó también una de las fundadoras y Vice-presidenta por cinco años (2010-14) de Joya Brava, la primera asociación gremial de joyería contemporánea chilena.
La artista se muestra conforme con los pasos que se han dado en esta creación. “Hemos hecho una labor gigante con mi grupo de Joya Brava porque en verdad somos un grupo de amigos. Se formó en 2010 y ha sido una explosión y hemos llevado nuestros trabajos fuera de Chile y acá”.
Es un público-dijo- que parece interesado, pero a veces no se entiende mucho lo que hacemos. “Pasamos de ser bichos raros a un grupo cohesionado que tiene alguna influencia” destacó Liliana Ojeda.
La asociación participó recientemente en Art Santiago en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). La actividad es una feria gratuita de arte y se exhibió la joyería contemporánea como un arte más. “Estamos orgullosos de lo que hemos logrado en estos 8 años” concluyó.