Señor Director:
Acerca de las declaraciones del exfrentista, Ricardo Palma Salamanca, que pudieran ser falsas o verdaderas, lo cual no viene al caso acerca de la intención de mi epístola. La cuestión de lo dicho por Palma Salamanca puede ser una cuestión táctica o un definitivo cambio de rumbo. Se podría pensar que el gobierno francés es el inventor de la república moderna, a la cual Pinochet y sus secuaces la convirtieron en corporativa, la que no es ni por asomo la república que existió hasta Allende. Es eso lo que Francia demuestra ante el fallo de asilo a Salamanca, que pretendió hacer como cualquier francés en defensa de su modelo de república.
Lo que hizo el PC chileno no estaba en sus planes tácticos ni estratégicos, ellos siempre se opusieron a las intenciones en ese sentido de lo otros partidos, ganándose el mote de reformistas ante el de revolucionarios. Pero vino el degollamiento el 29 de marzo de 1985 de la mitad del comité central del partido y el cambio de táctica fue inminente ante el temor de degollamiento previos tormentos de toda la plana mayor del partido, ya el miedo y la furia del PC estaban desatados para mas tarde emprenderlas contra el mimísimo dictador en el atentado del Cajón del Maipo, pero esta no era la política del PC solo que se vieron obligados a ejecutarla. La prueba de ello es que al día siguiente del triunfo del NO, el PC decreta disolver el FPMR sin mayores preámbulos, Palma Salamanca queda en el FPMR autónomo, después vino lo de Guzmán y la fuga de la cárcel, todo esto referido en los medios.
En todo caso, hizo el papel que le correspondía hacer a cualquier chileno en dictadura, la que al fin y al cabo duró 17 años y que aún nos pena. El corolario es que la dictadura desde un comienzo contó con un apoyo activo del 30 por ciento, y un pasivo del 40 por ciento, cifras que se revirtieron al día del referéndum el de “la felicidad ya viene” pero esta no vino nunca, salvo para empresarios y oligarcas.
¿Hizo bien Palma Salamanca? Entonces, ¡deber cumplido!
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