Convivir junto a las grandes industrias, esperar la micro e incluso, encender la calefacción durante el invierno. De esta forma interactuamos en Chile con las tres grandes fuentes de contaminación del aire, que, en 2017, significaron la muerte prematura de alrededor de 3 mil 500 personas, según un estudio del Ministerio del Medio Ambiente.
Por otro lado, el documento da cuenta que, actualmente, son más de ocho millones las personas que se encuentran expuestas a niveles contaminantes superiores a las normas internacionales. La mayor parte de ellas, vive en Santiago y en el sur de nuestro país.
Precisamente, es en las ciudades del sur que, para el químico forense ambiental de la Universidad Austral, Claudio Bravo, se produce un fenómeno particular que tiene que ver con la predilección por la leña como elemento calefactor.
“La contaminación atmosférica en Santiago es distinta a la del sur de Chile en término de la partícula y la fuente. La fuente de contaminación del sur de Chile es principalmente la quema de biomasa, por lo que la toxicidad es mucho mayor, aunque se dé en cantidades parecidas a Santiago”.
Sin embargo, este hecho justificaría que, de acuerdo a un informe de Greenpeace, seis de las diez ciudades más contaminadas de Sudamérica corresponden al sur de nuestro país.
Para Bravo, de la Universidad Austral, cualquier intento de hacer frente a esta realidad, choca con un elemento cultural.
“Esto es algo histórico, es algo que está muy arraigado en la zona sur, por la abundancia y disponibilidad. Normalmente todas las políticas están asociadas a recursos determinados y así es muy difícil generar un impacto cultural. La gente no tiene claro el concepto de contaminación ambiental”.
La cultura de contaminar
De acuerdo al ranking elaborado por Greenpeace, Padre de las Casas es la ciudad más contaminada del subcontinente, siendo seguida por Osorno, Coyhaique y Temuco.
Claudio Bravo, especialista químico de la Universidad Austral, señala que en el sur ocurren malas prácticas en torno al uso de la leña que dan lugar a estos resultados.
“Una de las malas conductas que tiene la gente es que cuando compra la leña no lo hace en el tiempo que debe ser comprada, lo que impide que esta tenga un proceso de secado natural en el ambiente. Por lo tanto, cuando esta es quemada, aún mantiene un alto contenido de humedad, que es una de las formas más propicias para que se forme material particulado”.
A nivel nacional, el Ministerio del Medio Ambiente determinó que la leña es la principal fuente emisora de material particulado fino a nivel nacional, con un 86,7 por ciento. Sobre esto, Bravo da cuenta de otra mala práctica que se da en el sur de nuestro país.
“La gente en el sur tiende a bajarle el tiraje a la leña para que les dure más. Es decir, bajan la entrada de aire para que la combustión sea más lenta de lo normal, y, obviamente, esto también es propicio para que se genere material particulado”.
En Chile, para hacer frente a esta realidad, se ha implementado en diversas ocasiones el Plan de Descontaminación Ambiental (PDA), que entre sus ejes principales, contempla mejorar la aislación de las viviendas, recambios de calefactores, mejoramiento de la calidad de la leña y la educación de la comunidad.
Sin embargo, un estudio del Instituto Forestal determinó que solo el mejoramiento térmico de las viviendas no significa un costo mayor, a la larga, para las familias de menos recursos.
PDA: una medida que discrimina
El uso inadecuado de la leña, entre otros calefactores, es parte de una realidad que colma los hospitales cada año, no solo en el sur de Chile, sino que en todo el país. Es así como en Santiago, su uso llega a representar el 30 por ciento de la contaminación de la ciudad.
Durante 2017 se registraron más de 90 mil casos de emergencia médica por bronquitis aguda y unas tres mil admisiones a centros asistenciales por enfermedades vasculares, neumonía, problemas pulmonares crónicos y ataques de asma. Es por este motivo que el médico broncopulmonar del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Felipe Rivera, afirma que es un error que medidas descontaminantes, como las del PDA, signifiquen incurrir un mayor gasto para quienes tienen menos.
“No podemos arreglar esta situación encareciendo los productos para que la gente no haga tal cosa, porque ahí se produce la discriminación entre quienes tienen dinero y quienes no. En el sur sucede un fenómeno tremendamente difícil de arreglar, porque es la gente de menos recursos la que utiliza estos sistemas de calefacción baratos, por lo tanto, al encarecer la leña, esa gente no va a tener con que calentarse en las épocas más frías”.
El especialista químico de la Universidad Austral, Claudio Bravo da cuenta de otros métodos que pueden reemplazar la leña, pero que, de todas formas, siguen siendo más caros.
“Siempre el uso de métodos alternativos, de alguna manera, podría minorizar el impacto de la quema de biomasa. Otras alternativas podrían ser calefaccionar a través de métodos eléctricos, que serían más seguros, o el gas natural. Pero todos esos métodos tienden a ser relativamente más caros que comprar leña”.
El 25 de mayo del 2018, el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera presentó la Ruta Energética 2018-2022, el cual propone generar un catastro de vulnerabilidad energética para así acortar las brechas existentes entre los hogares del país.
El desafío por delante
El ranking publicado por Greenpeace, en el cual las ciudades de Chile encabezaban la lista como las más contaminadas, terminó siendo desestimado por el Gobierno. Es así como incluso fue tildado como “desproporcionado”.
No obstante, las cifras de muertes prematuras de 2017 dejaron en claro que todavía hay queda un desafío por delante. El médico broncopulmonar de la Universidad de Chile, Felipe Rivera, afirmó que ante esta realidad, es mejor no confiarse.
“Cuando se trata de la salud de las personas, prefiero la exageración, que no significa pánico, sino que significa que las autoridades y todos los que puedan hacer algo, tomen medidas”.
Sobre los altos índices de contaminación, que actualmente son experimentados por casi la mitad del país, Rivera hace hincapié en saber que los problemas respiratorios no surgen de un día para otro, sino que son resultado de una exposición prolongada.
“Siempre nos estamos preocupando que produce la contaminación en los pulmones, y toda la gente entiende que la contaminación produce tos, irritación en los ojos o episodios de ahogo. No obstante, lo que debe preocupar en verdad es que la mortalidad se produce a mediano y largo plazo, y que en Chile se encuentran las ciudades más contaminadas de Sudamérica. Esa es la realidad que más debiera preocupar”.
La contaminación, derivada del uso casi “cultural” de la leña, asoma como uno de los principales desafíos de cara a los próximos años, en los que se espera que su uso indiscriminado y el de otros factores contaminantes no siga cobrando las vidas de miles en nuestro país.