Se ha publicado en este mismo espacio una columna de opinión del historiador peruano Dante Parodi “Aniversario 140 años: la Guerra del Pacífico nunca terminó”.
Comparto plenamente la tesis de futuro del historiador en cuanto a que ese fue un episodio trágico en la historia de América Latina que hay que superar.
Sin embargo, el autor formula algunas tesis que no se compadecen con la realidad histórica de lo ocurrido. Citando a un historiador chileno desconocido nos propone la idea de Chile como un país agresor, motivado en una incontenible codicia de lo ajeno, con una vocación expansionista teorizada supuestamente por Diego Portales.
Esto no se corresponde con la realidad que nos indica claramente que Chile fue arrastrado a una guerra que no quería en contra de dos países superiores en habitantes y territorios y con la posibilidad de tener que enfrentar a un tercero. La responsabilidad de la guerra recae en Bolivia y Perú por las siguientes razones.
1.- En 1873 Bolivia y Perú firmaron un tratado militar al que trataron de incorporar a Argentina bajo promesa de darles salida al Pacífico por territorios chilenos. Ese tratado agresivo tenía a nuestro país como único destinatario. Argentina no se incorporó pues su Senado no lo aprobó para lo cual se tuvo muy en cuenta que ese tratado militar iba a producir su contraparte con Chile, Ecuador y Brasil , dividiendo a América Latina en dos, ese sistema de tratados militares secretos es muy peligroso para la paz fue lo que detonó la primera guerra mundial en Europa. Esto les fue comunicado por el gobierno brasilero de aquél entonces con mucha claridad.
2.- El propósito e interés peruano en ese tratado era precaverse de un eventual conflicto con Chile por todas sus instigaciones a Bolivia para expulsar a empresarios y obreros mineros que laboraban en salitreras del litoral boliviano. La estatización que el presidente peruano Manuel Pardo hizo de guaneras y salitreras peruanas no producía efectos económicos sino no se eliminaba la competencia que le hacían los chilenos que trabajaban en Antofagasta.
Bolivia nunca tuvo mar, por eso nunca tuvo un puerto. Cobija era simplemente un pequeño un caserío. Nunca tuvieron buques ni barcos, no tenían condición marítima. Bolivia fue un desprendimiento de Perú y su puerto natural fue siempre Arica por una cuestión geográfica. Al estallar la guerra de los 6.000 habitantes de Antofagasta 5.200 eran chilenos.
4.- Bolivia sólo tiene mar a partir del año 1866 en que al calor del espíritu latinoamericanista que había producido la guerra contra España (Ecuador, Bolivia, Perú y Chile combatieron contra una poderosa flota española que bombardeo Valparaíso) se firmó un tratado de límites que le reconoció un litoral, durante 20 años Bolivia había reclamado derechos pero no ejercía actos soberanos allí. Dos años después se fundó Antofagasta.
Que nunca Bolivia había tenido mar lo demuestran las gestiones del mariscal Sucre en los años 20 para que el naciente Perú les cediera Arica, que geográficamente era su salida natural al mar. El territorio que Chile le reconoció en Antofagasta era contra natura por eso Bolivia nunca lo usó. A mayor abundamiento hay que decir que los barcos que sacaban guano en la zona disputada entre Bolivia y Chile vinieron siempre a pagar tributo a Valparaíso y nunca lo hicieron en La Paz.
Bolivia no cumplió el tratado de 1866 pues nunca entregó a Chile la mitad de la recaudación aduanera del litoral que había recibido a lo que estaba obligado. Por ello se firmó el tratado de 1874 donde Chile perdió el derecho a recibir esos impuestos aduaneros a cambio de que personas y empresas chilenas siguieran trabajando allí sin ver aumentados sus impuestos por 25 años.
Bolivia en febrero de 1878 aplicó un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado a la compañía chilena (no inglesa como se repite con majadería) de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. Este impuesto era ilegal y vulneraba un tratado, así lo había dicho la propia Corte Suprema boliviana cuando dos años antes se intentó aplicar un impuesto de tres centavos.
5.- Bolivia se negó a recurrir a arbitraje como se lo pidió Chile insistentemente. Este procedimiento estaba expresamente contemplado en el tratado de 1874. Bolivia anunció públicamente que sacaría a remate a la empresa chilena, expulsaría a los obreros (hoy le llamaríamos limpieza étnica que es un Crimen de Lesa Humanidad) chilenos. Por último se señaló que no se haría el remate sino que simplemente se confiscarían los bienes. Esto si era un robo y Chile no lo podía tolerar.
Los abusos y tropelías que los chilenos sufrían en ese litoral los obligó a formar la Liga de la Patria. Un obrero que era marido de doña Irene Morales fue fusilado.
Todo ese actuar boliviano cargado de prepotencia sólo se explica por el atizamiento y respaldo que se le daba desde el Perú.
6.- Cuando Chile ante la evidente ruptura por incumplimiento del tratado de 1874 reivindicó sus territorios de antes de 1876 ocupando Antofagasta sin disparar un tiro, Perú mandó a Chile al diplomático José Antonio de Lavalle.
Este vino a ofrecer a su país como mediador en el conflicto cuando simultáneamente su gobierno mandaba armas a Bolivia. Como podían ofrecerse como mediadores si tenían un pacto militar secreto con Bolivia contra Chile?. La prevaricación y el cinismo se daban la mano. Lavalle negó inicialmente el tratado secreto después lo aceptó. Perú se negó a declararse neutral pudiendo hacerlo, pues aun dando vigencia al tratado secreto este estipulaba que no operaba si el que provocaba el conflicto era uno de los firmantes que era exactamente lo que estaba ocurriendo.
Por estas razones Chile le declaró la guerra a ambos el 5 de Abril de 1879, respondiendo a Bolivia que ya se la había declarado el 15 de Marzo y quitando la cínica careta de mediador con que actuaba Perú.
Perú era el gran instigador del conflicto que actuaba tras bambalinas. Su error de cálculo fue pensar que la que había sido la colonia más pobre del hemisferio no podía poner en riesgo a un país que había sido un enorme virreinato. Perú y Bolivia tenían el doble de soldados profesionales que Chile.
Esta es la realidad de los hechos. Esto lo reconocen hasta el gran historiador peruano Jorge Basadre y el Boliviano Roberto Querejazú Calvo.
Nuestros países pierden atizando rencores pasados, pero la verdad histórica tiene su valor.