Tiger Woods: las cicatrices del "Tigre" que volvió a rugir en el Masters

El golfista más famoso de la historia volvió a ganar un Major luego de 11 años de sequía donde predominaron las lesiones y los escándalos extradeportivos.

El golfista más famoso de la historia volvió a ganar un Major luego de 11 años de sequía donde predominaron las lesiones y los escándalos extradeportivos.

Tiger Woods sigue siendo un crack. Y ahora, el jugador que transformó el golf con su primer título del Masters en 1997 vuelve a ser un gran campeón después de 11 años marcados por los problemas personales y las lesiones que amenazaron no solo su carrera, sino sus perspectivas de vivir una vida normal.

Woods amplió el alcance del golf como nadie antes. Su estampa, vestido de rojo intenso y con el puño apretado tras la ejecución de cada putt, inspiró a una generación de golfistas e impulsó campañas de patrocinio por valor de millones de dólares.

A los 25 años se convirtió en el primer jugador en ostentar simultáneamente los títulos del US Open, British Open, PGA Championship y Masters, una hazaña apodada ‘Tiger Slam’ al completarse en 2001 en Augusta.

En 2002, emuló a Nick Faldo y Jack Nicklaus con la conquista de dos Masters seguidos. En 2008, pese a muecas de dolor casi a cada paso, venció a Rocco Mediate en un playoff para ganar el US Open; y a pesar de los crecientes problemas de lesiones, su 14º triunfo en un “major” le acercaba al récord de 18 de Nicklaus.

Pero en noviembre de 2009, un extraño accidente automovilístico en Florida destapó una serie de infidelidades que destruirían su matrimonio.

Los patrocinadores comenzaron a huir y Woods tomó un “descanso indefinido del golf profesional” para reorganizar su vida. Volvió, penitente, en 2010, pero no regresaría a la cumbre del ranking mundial hasta 2013.

Un año después, luchó contra un problema de espalda que lo relegaría a un lado por períodos prolongados.

“Tenía serias dudas después de lo ocurrido hace un par de años”, dijo Woods cuando se le preguntó si alguna vez se cuestionó si ganaría otro torneo importante, o incluso reanudaría su carrera.

“Apenas podía caminar. No podía sentarme. No podía acostarme. Realmente no podía hacer nada”, recordó.

Recaída y vida normal

Como último recurso, se sometió a una operación de fusión espinal en abril de 2017.

Un mes después, se encontró nuevamente envuelto en problemas personales cuando un periódico sensacionalista publicó que fue arrestado tras quedarse dormido al volante bajo la influencia de varias drogas que tomó para combatir el dolor.

Sin embargo, la cirugía eventualmente resultó ser un éxito, y Woods dijo que “me dio la oportunidad de tener una vida normal”.

“Fui muy afortunado de tener otra oportunidad de hacer algo que me encanta hacer”, dijo Woods. “Pero lo que es más importante, he podido participar de la vida de mis hijos de una manera en que no pude por varios años … ahora estoy empezando a jugar con ellos y hacer cosas en sus deportes. Eso es algo que siempre extrañé”.

El “Efecto Tigre”

Y el golf también lo extranó a él. La emoción que se palpó en su regreso al PGA Tour en 2018 creció a medida que su juego mejoró. Su presencia en un torneo garantizaba aumentar la asistencia y la cobertura televisiva.

El ‘Efecto Tigre’ persistió, a pesar de escándalos pasados e incertidumbres actuales. Woods, coincidían expertos y compañeros de profesión, “mueve la aguja” como ningún otro jugador.

A medida que avanzaba su temporada, Woods compitió en dos “majors” y finalmente ganó de nuevo en el Campeonato de la PGA Tour de EEUU en septiembre.

“Sentí que si podía juntar las piezas de alguna manera, todavía tenía las manos para hacerlo”, opinó Woods. “El cuerpo no es el mismo que hace mucho tiempo, pero todavía tengo buenas manos”.

Después de que hundir su putt ganador el domingo y soltar un rugido liberador mientras levantaba el palo y el puño hacia el cielo, los fanáticos comenzaron a cantar “¡Tiger! ¡Tiger! ¡Tiger!”

Los organizadores del Masters habían desechado la habitual presentación de la Chaqueta Verde en el decimoctavo hoyo, optando por despejar el campo en previsión de un cambio de clima.

Pero incluso, el clima se inclinó ante Woods: las tormentas se contuvieron, los aficionados se quedaron quietos y finalmente vieron como la Chaqueta se deslizaba sobre sus hombros por quinta vez.

“Increíble”, dijo Brooks Koepka, quien terminó empatado en el segundo lugar detrás de Woods.

“Quiero decir, creo que todos sabíamos que iba a venir … como fanático, del golf y de Tiger, es muy especial”.





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