Después de años de apatía social y política la ciudadanía comienza a expresar su descontento y cansancio ante los abusos de las AFPs, las Isapres, la educación y el saqueo sistemático de los recursos públicos. Cansados de un modelo que ha consolidado, con el amparo de la Ley, una sociedad de brechas, injusticias y privilegios, ha naturalizado el saqueo al Estado existiendo la percepción que, a vista y paciencia de los legisladores y las instituciones republicanas, la tributación y el erario público del Estado de Chile, va a parar con mucha pena y nada de gloria a manos de privados y el mercado.
Desde la puesta en marcha del Plan Auge hasta ahora, se han traspasado miles de millones de dólares al sector privado, con el que se podría resolver el déficit de profesionales y otros temas que se esgrimen para justificar el traslado de pacientes y recursos a ese sector de la economía. Es impactante observar cómo el sector público sufre un drenaje de recursos sin que se invierta en el fortalecimiento del sistema de salud del país.
Frente al colapso de los hospitales en temporada de invierno, las Asociaciones de Funcionarios de Capredena y Dipreca, han insistido y documentado la disponibilidad de camas, profesionales e insumos médicos que podrían estar al servicio de la comunidad. No obstante, aplicando un criterio bien alejado del bien común y el equilibrio presupuestario, se prefiere pagar a la Clínica Las Condes, por ejemplo, cerca de 800 mil pesos por una cama básica; mientras que por el mismo servicio el sector público recibe sólo 20 mil pesos.
En el Hospital militar, existen 322 camas de hospitalización, 24 camas de recuperación, 23 camas en unidad de cuidados intensivos (UCI), 17 camas en unidad de tratamientos especiales, 117 box médicos, 11 pabellones de cirugía, 2 pabellones ginecológicos. En el Hospital Dirección de Previsión de Carabineros , existen 72 camas de medicina, 32 camas de traumatología, 72 camas de cirugía, 30 camas de neurocirugía, 36 camas urología, 74 camas pensionado, 30 camas oncohematología, 6 camas UCI, 10 camas Unidad Coronaria, 10 camas de unidad intermedios. El Hospital de Carabineros tiene 17 camas de medicina, 21 camas de cirugía, 16 camas de ginecología, 21 camas de traumatología,6 camas UCI adultos, 6 camas UCI pediatría, 9 camas UTI adulto. La Caja de Previsión de la Defensa Nacional cuenta con 218 camas básicas,8 pabellones quirúrgicos, 16 camas de recuperación, 17 camas de salud mental, mientras que la Central Odontológica del Ejercito tiene entre otras, RX, Scaner, laboratorios, equipos especializados para todas las especialidades: implantes oseos, enfermedades periodontales, ortodoncia, odontopediatría, endodoncias.
La fuga de dineros estatales, la mala gestión, el robo y la corrupción ha perpetuado el sistema de privilegios y abusos que impera en Chile. En abril del 2018 ante la Comisión de Salud de Cámara de Diputados, el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, generó un informe consignando que el déficit hospitalario es de $1.138 millones. En el mismo, caracterizó e identificó a varios centros desde los cuales los funcionarios médicos derivaron a pacientes para operaciones quirúrgicas a empresas de salud en las que tienen participación como socios.
En otros hospitales se detectaron compras de medicamentos directamente a proveedores privados, en las cuales se pagaron precios unitarios mayores a los estipulados por la Central Nacional de Abastecimiento, CENABAST. Las diferencias de precios detectadas en algunos casos superaron el 9.000%. De haberse adquirido tales medicamentos a través de esa central, los recintos asistenciales hubiesen ahorrado recursos públicos (solo de las muestras examinadas) por un monto total de $376.151.131.
Parece insostenible cómo se ha liberalizado el mercado en desmedro de los derechos ciudadanos y se ha instalado un modelo salvaje y vicioso al constatar que en todos los espacios el presupuesto nacional se transforma en financiamiento para la acumulación de los empresarios y privados, manteniendo con ello la inequidad y los privilegios en todas sus formas. Los hospitales de Defensa e Interior son un ejemplo de ello, pues al no ser utilizados en favor de las necesidades de salud de los ciudadanos y ciudadanas, son ocupados por tan sólo un reducido número de chilenos compuesto por unos 500 mil miembros de las FF.AA y de Orden. Un lujo más, considerando que además son beneficiados con pensiones millonarias; si las comparamos con las pensiones del resto del mundo laboral.
Chile no ha estado en guerra por casi 100 años, los recintos hospitalarios de los militares están habitualmente vacíos. Las FF.AA y de Orden, tienen capacidad, instrumentos, tecnología e infraestructura en abundancia y ya es tiempo que exista la voluntad política de distribuir y utilizar bien los recursos humanos y económicos del país. Se escucha desde hace tiempo un “basta de irregularidades y saqueos en el Estado”, y es tiempo que las Instituciones funcionen en beneficios de las inmensas mayorías y no para un puñado de chilenos y chilenas. Parece razonable que existiendo tanto recurso en Defensa e Interior, sean utilizados por la comunidad, disminuyendo de paso el déficit hospitalario que tiene el sistema de salud pública como consecuencia de la fuga de dineros desde el erario público.