La Argentina ya no es la misma. El 11 de agosto fue una fecha de inflexión que cambió rotundamente el escenario político del país, pues se ha dado por sentado –y basado en el 15 por ciento que separó a ambos candidatos en las primarias- que Alberto Fernández será el futuro presidente de la nación y que, en consecuencia, Mauricio Macri dejará de serlo.
Para muchos las cartas ya están echadas, y eso explicaría las últimas medidas de Mauricio Macri que incluyen, entre otras, el aumento de los salarios, el congelamiento de los precios de la gasolina, y el aplazamiento de las deudas fiscales.
Así lo piensa el periodista chileno radicado en Argentina, Rafael Araya, quien sostuvo a Radio y Diario Universidad de Chile que, pese a que Macri busca apoyo en Alberto Fernández para sortear la crisis, este seguirá manteniendo su rol opositor.
“Esto ha traído consecuencias que se traducen en llamados desesperados del presidente Macri al precandidato ganador para ayudarle a galopar esta crisis, sin embargo, Alberto Fernández ha afirmado categóricamente que seguirá en su rol de oposición porque su misión no es gobernar sino ganar las próximas elecciones”.
Según Araya, la población argentina se pregunta por qué estas medidas no se hicieron antes para poder mejorar la calidad de vida en un país que, según el periodista, ha llegado a índices dramáticos en cuanto a pobreza y desnutrición infantil. En ese sentido –afirmó Araya- los trasandinos perciben estas iniciativas como un mero ofertón electoral.
Y quizás sea esta percepción la que favorece aún más a Alberto Fernández, pues las encuestas lo dan por ganador absoluto, incluso, en la primera vuelta.
“Ya los primeros sondeos de opinión colocan a Alberto Fernández con una diferencia de casi 20 puntos para la primera vuelta de octubre próximo. Todo indica que la primera vuelta será la definitiva, que no habrá balotaje, no habrá segunda vuelta en estas elecciones”, sostuvo Araya.
Sin embargo, el periodista recordó que la presidencia no es lo único que se juega el próximo 27 de octubre, por lo que el oficialismo debe apostar por el poder legislativo y los municipios para no perder influencia en el rumbo que tome la Nación.
“En esa primera vuelta, que es el 27 de octubre, se eligen diputados, senadores, alcaldes y concejales, es decir, no es solamente una elección presidencial, sino que también está en juego la conformación del Parlamento argentino en ambas Cámaras y la elección de los intendentes, que vendrían siendo los alcaldes. El oficialismo necesita remontar en algo esta derrota que padecieron de manera tan categórica para poder pelear o tener una voz que sea audible en el próximo periodo”.
Las elecciones presidenciales de Argentina han volcado las miradas a aquella nación, pues si Alberto Fernández gana la presidencia, significa la vuelta del kirchenrismo al poder, ya que Cristina Fernández sería quien ejercería la vicepresidencia.