El Gobierno vaticina
que una guerra se ha iniciado
y un enemigo malvado
poderoso se avecina
y a la vuelta de la esquina
está acechando el villano
y en las calles, bien temprano
dejará la tendalada
diciendo que no hace nada
y así se lava las manos.
Pues con las alzas constantes
en los mensuales consumos,
las platas se vuelven humo
y resulta hasta indignante
contemplar en este instante
que mucha gente reciba
después de toda una vida
una pensión miserable,
le dicen , tu eres culpable
por no ser más precavida.
La gota que rebalsó
el vaso de la paciencia
fue la total indolencia
de cambiar, lo creo yo
el pasaje que subió
de la movilización
y con toda la razón
no lo soportó la gente
y en la calle simplemente
proclama su indignación.
Por supuesto en las protestas
se filtran antisociales
y con actos delictuales
y sus acciones funestas
echan a perder la fiesta
y el Gobierno de inmediato
hace un balance barato
pues solo ve la violencia
y al declarar emergencia
todos pagamos el pato.
Ahora sé como se llama
el poderoso enemigo,
al instante se lo digo
porque tiene nombre y fama
y todo Chile proclama
y no duda ni un momento
en decir con sentimiento
que el sujeto mencionado
el nombre se lo ha ganado
y se llama descontento.
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