Se acerca la Navidad,
ya viene el Viejo Pascuero
y en este momento quiero
desear felicidad,
salud y tranquilidad,
cuando ya son más de veinte
siglos del tiempo presente
que esta historia comenzó
cuando una estrella anunció
un milagro sorprendente.
En un humilde galpón
un niño vino a este mundo,
trajo su amor más profundo
causando gran conmoción
y desde aquella ocasión
su mensaje prevalece,
aunque hoy día me parece
le están cambiando el sentido,
lo que más se escucha es ruido
pero se ven pocas nueces.
Cuando se acerca la fecha
empieza a cambiar la gente,
así vemos de repente
como vitrinas asecha
y entrando en tierra derecha,
no recuerda la leyenda
persiguiendo a quien le venda,
le fíe, le preste plata,
olvidando que se trata
de algo más que arrasar tiendas.
Hay despilfarro y consumo,
se gasta sin ton ni son,
se hace gran ostentación
las platas se vuelven humo
y es por eso que yo asumo
que será dura faena
hacer de la Nochebuena
un encuentro de armonía,
de amistad y de alegría,
de algo que valga la pena.
No hay engaño en el pedir,
ni pecado es regalar,
pero es bueno recordar
a aquel que vino a sufrir
por su gente y que al morir
solo dejó como herencia
su fe, su ejemplo y creencias
y que el cielo se ganó
por la forma en que vivió
y no por las apariencias.
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