Hola a todas y todes. Desde la Radio Juan Gómez Millas y la Radio Universidad de Chile se da inicio a la segunda edición de la vigilia feminista esperando el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Hasta la medianoche, las mujeres nos tomamos la palabra. Representantes de organizaciones sociales del mundo feminista discutirán diferentes aristas y dimensiones del quehacer político y social a unas horas de la huelga general feminista.
Somos estudiantas, funcionarias contratadas y a honorarios, académicas de la Universidad de Chile. Somos mujeres, trabajadoras, hijas, hermanas, madres, dirigentas, vecinas. Y nos expresamos como mujeres porque sabemos que Chile está particularmente en deuda con nosotras. Sabemos que a nivel del país somos casi la mitad de la fuerza de trabajo remunerado, que realizamos dobles y triples jornadas cuidando de las vidas de otras y otros, que ganamos menos que los varones por igual trabajo, que tenemos trabajos más precarios, que se nos segrega en techos y muros de cristal, que las violencias y desigualdades tienen rostros de mujer dentro y fuera de esta Universidad.
La violencia patriarcal, la vivimos en nuestros cuerpos todos los días, cuando andamos en la calle solas, cuando nos acosan en las salas de clase, cuando se omite enseñar nuestra participación en la historia, cuando nos callan o nos ridiculizan, cuando nos violan, cuando nos obligan a cuidar solas nuestras familias, cuando no nos dan justicia.
Hoy, Chile ha despertado. En los últimos meses de insurrección social, nos hemos confrontado con las realidades que desde la dictadura se han tratado de esconder a golpe de matinales y teletones. En Chile, no tenemos derechos mínimos. Ni salud, ni educación, ni vivienda, ni medio ambiente, ni jubilación. Nadie, nada nos garantiza un derecho mínimo a vidas dignas. Esta realidad ahora ya la vemos y nos negamos a seguir pretendiendo vivir en un “paraíso” ficticio al que evidentemente no tenemos acceso el 99% de las y los habitantes de Chile.
Este despertar no es un azar. El Wallmapu ha dado un ejemplo histórico de resistencia. Las mujeres fuimos actoras clave contra la dictadura. Las movilizaciones feministas de mayo 2018 fueron un antecedente innegable del despertar de hoy. Las luchas de la diversidad sexual tienen un lugar preponderante en los cambios jurídicos y culturales de país. También es fruto de las trabajadoras, pobladoras, estudiantas, luchadoras socioambientales y ciento de miles de mujeres que el pasado 8M de 2019 nos declaramos por primera vez en Chile en huelga general feminista denunciando la precarización de la vida, afirmando la necesidad de cambiar esta normalidad impuesta e injusta, y visibilizando nuestra revuelta en la marcha más grande desde el retorno de la Democracia antes del estallido social.
Chile se ha reencontrado a 30 años de postdictadura con sus deseos postergados y sus malestares cotidianos acumulados, con sus deudas históricas y sus proyectos incumplidos de país. Una población cansada de abusos, exige hoy nueva Constitución, asamblea constituyente, no más AFP, condiciones de trabajo dignas, aumento del salario mínimo a $500.000 líquido, reducción de la Jornada de Trabajo, fin a las desigualdades y a las zonas de sacrificio.
Las mujeres no somos actoras secundarias ni en estos pesares ni en las conquistas de país. Tenemos una larga genealogía de mujeres activistas, sufragistas, sindicalistas, muchas de las cuales egresaron tempranamente de la Universidad de Chile.
Amanda Labarca y Elena Caffarena, Justicia Espada Acuña y Eloísa Díaz, entre otras. Se han producido avances en la Universidad de Chile; la Cátedra Amanda Labarca es un ejemplo. Creemos de la mayor importancia que las actuales movilizaciones sepan aquilatar las luchas feministas de 2018, sus aprendizajes, sus formas de reconfigurar espacios académicos micro y macropolíticos, a fin de avanzar hacia una universidad con justicia y equidad.
En noviembre pasado, las mujeres y disidencias sexuales de la Universidad de Chile nos autoconvocamos para construir juntas propuestas para una nueva constitución feminista. Para avanzar en el reconocimiento de derechos sexuales, reproductivos y sociales, como el aborto, trabajo digno, ciudades seguras, educación no sexista, y tanto otros que exigimos hoy, debemos empezar cambiando la Constitución que nos rige y que es un nefasto legado de la Dictadura. Si gana la opción de convención constituyente en el plebiscito del próximo 26 de abril de 2020, la asamblea será paritaria. Esta es una victoria histórica a nivel mundial. Y es una victoria que hemos conseguido por nuestra lucha, siendo primera línea del proceso social histórico que estamos viendo hoy en Chile.
La huelga general feminista de este 8M se enmarca en un contexto particularmente problemático en Chile, con movimientos sociales masivos de protesta contra el modelo socioeconómico y sus consecuencias en nuestras vidas mismas, con una ausencia terrible y total de respuestas pertinentes de parte del gobierno de Sebastián Piñera, y con una represión feroz, sanguinaria e insoportable del aparato policial y militar del estado, ordenado y avalado por las autoridades de gobierno, en contra de todas y todes quienes estamos protestando por condiciones de vidas más dignas. Las dimensiones sociales y políticas de la crisis de gobernabilidad siguen siendo blancos policiales, haciéndonos revivir los horrores de la dictadura. La cantidad de personas fallecidas, heridas y detenidas en este contexto supera todo límite imaginable para una democracia, y se ha evidenciado la violencia política sexual hacia los cuerpos feminizados.
El Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores a Honorarios de la Universidad de Chile, la Federación de Asociaciones de Funcionarios de la Universidad de Chile, la Asociación Académicos de la Universidad de Chile y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile adherimos a la Huelga General Feminista este 8 y 9 de marzo.
Compañeras, Colegas, amigas, hermanas, estamos muy felices de abrir esta vigilia feminista de las radios Universidad de Chile y Juan Gomez Millas, juntas las dirigentas de organizaciones de estudiantas, funcionarias contratadas y a honorarios, docentes y no docentes. Nos vemos este 8 y 9M en las calles. Porque si nosotras paramos, se para el mundo.