Cuba sigue demostrando, que la máxima de su héroe nacional, José Martí, “patria es humanidad” está más presente que nunca.
Mientras nuestras sociedades se debaten entre el temor, el sálvese quien pueda en aquellos países donde los sistemas de salud públicos han sido destruidos en beneficio del mercado sanitario y existe la desazón y la incertidumbre frente al combate contra el Covid – 19, existe una isla que sirve de referente en el combate a esta pandemia y donde el sentido de solidaridad se impone. Indudablemente cuba tiene sus problemas en diversos ámbitos de su vida cotidiana, incluyendo aquellos que más tocan a la población pero impresiona, que a pesar de ello tengan el concepto de solidaridad a flor de piel.
Tiene razón tiene el analista Ventura Jesús del medio cubano Granma al sostener “el gobierno cubano refuerza su estrategia de enfrentamiento, en la cual prevalece la aspiración de proteger a su pueblo, sin olvidarse del mundo; herencia de una Revolución, claro, que se privilegia por contar con un sistema de salud eficaz, y por sostener, fiel a sus principios, la filosofía de ayudar a otros y abrir su corazón al mundo, espíritu solidario puesto a prueba en infinidad de ocasiones”. Una afirmación indudablemente osada cuando se trata de enfrentar un virus que se propaga exponencialmente y que requiere poner en tensión a todo el país.
Para el fraile dominico brasileño Frei Betto, intelectual brasileño de renombre y un religioso comprometido con los seres humanos más desposeídos, ese concepto de patria se puede entender como “la capacidad de una nación de integrarse con otras, en la cual la humanidad constituye una sola familia, sin discriminación y prejuicios étnicos, sociales o religiosos. Patria es una humanidad solidaria, justa, libre y pacífica “.
Cuando analizamos la obra de José Martí, un referente intelectual en el siglo XIX que da claro que el ser humano es un ser trascendente un ser cultural y espiritual. Una particularidad que dependerá de la formación básica de la persona “del cultivo de valores, del idealismo, las convicciones y prácticas altruistas; en este sentido cualquier acción justa y sustentada en principios altruistas y nobles de engrandecimiento y desarrollo de la tierra en que hemos nacido y por las que luchamos siempre será humana y nos hará mejores personas” Idea tomada íntegramente por la revolución Cubana, que más allá de los adjetivos de ser considerada socialista la podemos definir como Martiana, humanista.
Efectivamente, mientras los países cierran sus fronteras, establecen cuarentenas sanitarias, se generan situaciones de acaparamiento de productos de higiene y alimentarios, se tiene que sacar a los militares a las calles para proteger los centros de acopio y obligar a la ciudadanía a cumplir las exigencias para no intensificar el contagio con el Covid-19, Cuba señala que hay junto a las medidas de protección existe también un camino complementario donde compartir el apoyo en conocimiento, en fármacos e incluso en cuestiones, aparentemente más sencillas como ayudar a las personas que gozando de un viaje de placer, en un crucero por el caribe, deben permanecer a bordo ante el contagio de alguno de los pasajeros y la imposibilidad de poder atracar en un puerto amistoso, como sucedió con el Buque Crucero MS Braemar de bandera británica.
El temor, el miedo a contaminarse, pero también una fuerte carga de ignorancia generó conductas capaces de abandonar a su suerte a seres humanos sometidos al Covid-19 en el MS Breamar. No se encontraron manos solidarias, para autorizar la aproximación de la nave a tierra, proceder a su desembarco y así poder repatriar a los viajeros a sus hogares. El crucero estaba en el mar desde fines de febrero. El día 8 de marzo arribó al puerto de Cartagena de Indias en Colombia, donde desciende una pasajera diagnosticada de Covid – 19. El MS Breamar continuó su periplo, sin ser autorizado a atracar en República Dominicana ni en Bahamas por negativa de sus autoridades. En ese momento el gobierno británico solicitó ayuda a Cuba para el rescate y acogida de los pasajeros. La Habana responde positivamente y el Crucero arriba al puerto de Mariel, 45 kilómetros al oeste de La Habana. Los mil pasajeros y tripulantes fueron trasladados desde Mariel hasta el aeropuerto José Martí en La Habana, donde una flotilla de cinco aviones los traslado a sus lugares de origen.
A la par de esta acción solidaria, agradecida por carteles exhibidos por los pasajeros en su travesía al aeropuerto habanero, el embajador británico en La Habana, Antony Stokes, elogió “la colaboración intensiva de las autoridades cubanas en la operación planificada para devolver al Reino Unido a los pasajeros a bordo del crucero”. Por su parte el secretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, también agradecía a Cuba por permitir utilizar Mariel, mientras naciones del Caribe, incluso miembros de la Commonwealth negaban la entrada a sus territorios. Para el presidente cubano, Miguel Díaz Canel “Decir Cuba es decir humanidad. Somos solidarios y responsables” señaló el mandatario cubano en su cuenta en Twitter.
Al mismo tiempo que esta acción solidaria se escenificaba, las autoridades de la mayor de las Antillas despedían, en el mismo aeropuerto, a un contingente de médicos y personal sanitario internacionalista, la agrupación “Henry Reeve” que viají a apoyar a Nicaragua en su lucha contra el Covid – 19, como también a Venezuela como parte de los acuerdos ALBA-TCP. Incluso a Italia ya viajó una contingente de 53 médicos y especialistas a disposición de su pueblo. Un viaje Cuba conoce porque es parte de su historial de internacionalismo, una historia de cooperación que hunde sus raíces desde el inicio de su revolución, favoreciendo a países de Asia, África y Latinoamérica en apoyo a tareas de alfabetización, construcción de infraestructura variada, servicios de salud, reconocidas internacionalmente. Un espíritu humanista, altruista y pleno de sensibilidad.
En declaraciones efectuadas en Chile, el Embajador de Cuba en ese país sudamericano, Jorge Lamadrid, con amplia experiencia diplomática, se refirió al gesto de Cuba respecto al MS Breamar, a la par que se discute en chile, la posibilidad de comprar el fármaco producido en la isla, el llamado Interferón alfa-2b, un medicamento cubano que ha sido usado en China, España e Italia para el tratamiento de personas contagiadas por coronavirus, que han sido categorizadas como “de alto riesgo” y cuya compra recomienda pues es un producto de calidad y eficacia, introducido e incorporado a la cartera de medicamentos que se utilizó en un primer momento en el enfrentamiento a la pandemia en China y que en la actualidad ha sido solicitado por 40 países.
En el plano específico del crucero británico, para el embajador Lamadrid, los criterios para acceder a la solicitud de Londres se fundamenta en la historia de Cuba. “En poco más de seis décadas, afirma Lamadrid, hemos construido un sistema de salud sólido, que tiene capacidad para enfrentar cualquier eventualidad, crisis y pandemias como esta. Un sistema que es el resultado de una voluntad política y de una política aplicada en décadas. En segundo lugar, la revolución cubana siempre se ha sustentado en el humanismo y la solidaridad. Hemos recibido mucha solidaridad mundial y también la damos. Son preceptos martianos, de nuestro apóstol de la independencia, José Martí cuya máxima “Patria es humanidad’ nos guía. La solidaridad, el internacionalismo es algo practicamos de oficio, como práctica cotidiana, que tiene su base en la solidaridad humana. Mientras Washington nos bloquea, Cuba salva vidas”. Nos dice Lamadrid
Las palabras del embajador Lamadrid recuerdan la máxima de Antonio Gramsci respecto a las épocas de crisis, que sirve de telón de lo que acontece con esta pandemia, que obliga a pensar y actuar para modificar conductas y miradas “El viejo mundo muere, el nuevo mundo tarda en aparecer y en este claroscuro surgen los monstruos”. Cuba muestra el camino de cómo se debe actuar en el plano internacional, al contrario de gobiernos como el de Estados Unidos, este monstruo que aparece permanentemente en los claroscuros de la crisis, que sigue planeando de qué forma generar más inestabilidad y actos destinados a derrocar a gobiernos como el de Venezuela y la propia Cuba o presionar a Irán impidiéndole comprar productos para luchar contra el Covid-19. Washington con su conducta demuestra el desprecio por los seres humanos. Todos ellos a años luz del ejemplo cubano y aún más lejos de considerarse dignos de llamarse seres humanos.
Los hechos reseñados nos muestran una Cuba pragmática, que a pesar de tener 19 casos confirmados del nuevo coronavirus, ha multiplicado sus acciones de prevención y vigilancia epidemiológica, con la claridad de sus autoridades que la cantidad de contagiados puede ser mayor a los contabilizados. Cuba se ha dado tres etapas: la prepidémica, en la cual está y que implica la restricción de ingreso de extranjeros. Una segunda fase denominada de transmisión autóctona limitada y ya la isla está trabajando por la fase 3 denominada epidémica que implicaría la presencia de casos en diversas partes del país. Cuba ha demostrado al mundo que en épocas de crisis, de pandemias, temores y desconfianzas, sigue ofreciendo su mano solidaria, porque está en la esencia de su sociedad, sin descuidar su propio cuidado.