Intelectuales y coronavirus

  • 02-04-2020

Uno de los modos que tenemos para enfrentar todo esto que está pasando, es ir a encontrarnos con los intelectuales y filósofos contemporáneos que se encuentran pensando y opinando acerca del Coronavirus. Todas las grandes figuras resonantes del mundo de la filosofía y la intelectualidad global han dicho algo acerca de este tema, Judith Buttler, Badiou, Agamben y Byung Chul Han; incluso el filósofo esloveno Slavoj Zizek ya publicó un libro, Pandemic, cuyas primeras diez mil descargas serán gratuitas.

Si consideramos las opiniones de algunos de ellos, en particular de Zizek y de Byung Chul Han, lo primero que debemos señalar es que se trata de filósofos que están pensando determinados problemas desde su propio lugar de enunciación que es Europa y sus habitantes, ese es el lugar desde el que reflexionan.

En el caso de Zizek ha señalado que la pandemia global a la que nos enfrentamos estaría generando, por ejemplo, cierre de fronteras, es decir, los Estados haciéndose cargo, lo que genera reafirmaciones identitarias. Él señala que en todo esto existe una oportunidad, que es posible que el virus dé lugar a otro tipo de organización social donde organismos como la Organización Mundial de la Salud, la ciencia y la cooperación internacional tengan mucha importancia. El virus, para Zizek, se puede pensar como un gran golpe al sistema capitalista mundial y usa la metáfora de Kill Bill en que Beatrix le da un golpe letal a Bill y lo mata. Considera que el actual estado de la situación sería una oportunidad para construir sociedades sobre nuevas bases. Menciona a Bernie Sanders (que es algo que también hace Judith Buttler) que es de estas figuras que planteaban algo que era considerado una suerte de delirio, que era la salud pública universal, y cómo empiezan a ser vistas con otros ojos debido a que hay una rejerarquización y una necesidad de sistemas de salud fuertes, ya que la gestión privada de esos derechos, que han sido transformados en “servicios”, no se pueden hacer cargo de esta crisis.

Si retomamos la idea de Gramsci, optimismo de la voluntad, pesimismo de la razón, Zizek estaría del lado del optimismo de la voluntad

El problema de lo planteado por Zizek es que si no existen configuraciones políticas locales que subjetiven a las personas en determinadas posiciones políticas que tengan que ver con la solidaridad, los cambios no son posibles de realizarse. Se necesita organización política, por eso es interesante cuando remiten a Bernie Sanders ya que ahí hay una organización a la que uno puede adherir y participar y construir mayorías.

Por otra parte, tenemos lo señalado por Byung Chul Han que es un filósofo surcoreano que vive en Berlín, que retoma mucho a Heidegger y que, en general, ha señalado cosas interesantes en distintos momentos acerca de la actualidad. Él dice que “vivimos en sociedades en las que no existe la negatividad y no existe el paradigma inmunológico”, donde el paradigma inmunológico es la idea de que podría haber un enemigo. Hace mucho tiempo existían determinados conflictos bélicos o determinadas construcciones y configuraciones que hacían que las sociedades estuvieran enfrentadas siempre a un enemigo, podemos pensar en los soviéticos y la amenaza del comunismo. Estos paradigmas caídos hace que vivamos en sociedades que son afirmativas y lo que hace el virus es mostrarnos la negatividad y la resistencia a este mundo digital ficticio afirmativo donde reina el like o el “me gusta”. En este punto podemos no estar de acuerdo, pues el mundo digital no tiene por qué estar separado de la realidad, fenómenos como el Estallido social del 18 de octubre en nuestro país así lo demuestran. En general, en América Latina es obvio que no necesitamos de un virus para recibir negatividad y saber que esa negatividad puede poner en jaque un gobierno o un modelo completo. Acá notamos muy claro este eurocentrismo de estar pensando en sociedades con algunos temas ya resueltos.

Byung Chul Han pone énfasis en señalar que Zizek se equivoca, no vamos a salir de esta pandemia con una revolución. La cuarentena lo que va a hacer, dice el surcoreano, es que va a romper los lazos sociales, no va a generar cooperación y solidaridad, sino lo contrario y, además, el estado policial digital de los países asiáticos que parecen haber controlado mejor la pandemia, pueden exportarse y generar sociedades mucho más controladas. Sería, entonces, el pesimismo de la razón. Señala que no será el virus quien venza al capitalismo, sino que nuestro esfuerzo por resistir al modelo neoliberal.

En un punto, todos los intelectuales que hablado acuerdan que hay que tratar de resistir y generar otros lazos que fortalezcan la resistencia a las lógicas predatorias del modelo neoliberal.

Badiou fue uno de los filósofos que ha emitido declaraciones más sosegadas, señalando que las epidemias no son nada nuevo en la historia, y que no debiera cambiar nada demasiado. Quizás  debiéramos temperar un poco la reflexión, pues es posible que las cosas cambien, pero tampoco demasiado si no estamos considerando, además de la pandemia, las voluntades políticas, las organizaciones y las configuraciones políticas locales.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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