Nadie sabe con certeza que pasará y hacia dónde irá el mundo de la post pandemia, pero me atrevo a asegurar que en el largo camino de la revitalización deseada, la economía global o mejora de la mano de China o no se arreglará nunca.
Los signos en ese sentido son claros. De una parte, la crisis de Estados Unidos no parece mostrar que ese país esté capacitado para acudir en ayuda del renacimiento de la economía planetaria. Un informe del Departamento del Tesoro, dado a conocer el pasado martes 14 de julio, da cuenta de que el déficit presupuestario del país alcanzó un récord de 864 mil millones de dólares en junio a causa de la pandemia de Covid-19 que ha obligado a elevar el gasto en programas destinados a combatir la recesión económica, a esto se ha unido la pérdida de millones de empleos conduciendo a una reducción de los ingresos fiscales del país.
En este contexto, se hace evidente que la meta de alcanzar un déficit de 3,7 billones de dólares para el año fiscal que había sido pronosticado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) será superada ampliamente antes de la fecha de cierre del 30 de septiembre. Según esta instancia parlamentaria, la deuda del país se incrementaría hasta el 101 % del PIB por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, lo cual expresa que la deuda pública será mayor que la producción económica nacional del año.
La cadena de televisión ABC News señaló que de alcanzarse esa cifra, el registro anual de déficit superaría en más del doble el récord anterior de 1,4 billones de dólares establecido en 2009 cuando el gobierno estaba gastando mucho para sacar al país de la recesión causada por la crisis financiera de 2008. Vale decir que en el pasado, el déficit federal se consideraba abultado cuando rondaba el billón de dólares al año.
En el otro lado de la balanza, el comercio exterior de China registró un crecimiento interanual del 5,1% en junio, con un alza de 4,3% en las exportaciones y de un 6,2% en las importaciones según datos oficiales publicados también el martes 14. A pesar de la pandemia, los resultados son mejores que lo esperado según afirmó en conferencia de prensa Li Kuiwen, portavoz de la Administración General de Aduanas.
Tras la abrupta caída del primer trimestre del año, a partir de abril el comercio exterior ha mostrado evidentes signos de recuperación. Como datos interesantes vale decir que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se mantuvo como el mayor socio comercial de China con un aumento del 5,6%, mientras que la Unión Europea y Estados Unidos disminuyeron un 1,8% y un 6,6% respectivamente durante el mes de junio. En el primer semestre del año, el comercio bilateral entre China y Estados Unidos cayó un 9,7% en comparación con el año pasado. Es importante resaltar que del total de 233.900 millones de dólares, 177.500 millones corresponden a exportaciones chinas a Estados Unidos y 56.400 millones a importaciones de bienes estadounidenses al gigante asiático, destruyendo de esa manera el plan de sanciones y aumento de aranceles de Trump que se proponían disminuir el déficit. Ha quedado claro que tal política ha fracasado estrepitosamente
Sin querer echar “las campanas al vuelo” y asegurando que todavía deben seguir haciendo grandes esfuerzos en este segundo semestre del año, las autoridades chinas aseguran que “el comercio exterior del país es resiliente y tiene mayor margen de maniobra”.