Luego de que el INDH anunciará que “otorga el Premio Nacional de Derechos Humanos 2020 al reconocido abogado Roberto Garretón Merino por su incansable búsqueda de la verdad y la justicia durante su trayectoria profesional nacional e internacional”, han proliferado las muestras de júbilo al reconocimiento, desde instituciones, organizaciones y personas vinculadas a la defensa y promoción de los derechos humanos.
Abogado titulado de la Universidad de Chile en 1967, plasmó su compromiso con la que sería su vocación de toda la vida luego del Golpe Militar de 1973, cuando se incorporó al equipo de abogados del Comité Pro Paz, bajo la jefatura de José Zalaquett, equipo jurídico que tuvo como tarea la defensa de los perseguidos en Consejos de Guerra, como la interposición de Recursos de Amparo.
Desde el año 1976 fue parte del equipo de abogados de la Vicaría de la Solidaridad y partir de 1981jefe del Área Judicial. En los primeros años de la Vicaría los abogados siguieron interponiendo recursos de amparo por los detenidos desparecidos, prisioneros políticos que eran detenidos por la DINA, para luego, en tiempos de la CNI, presentar querellas por torturas, pero sin obtener respuesta de parte del Poder Judicial.
En septiembre de 1987 fue detenido y procesado por “supuestas ofensas a las Fuerzas Armadas” por orden de la Primera Fiscalía Militar de Santiago. La acusación emanó de un artículo publicado por el abogado en la Revista Mensaje sobre la situación de los derechos humanos en Chile durante 1986.
En junio de 2019 recibió la Medalla Rectoral de la Universidad de Chile, por su destacada trayectoria como abogado en materia de Derechos Humanos.
La ceremonia, presidida por el Rector Ennio Vivaldi, contó con la alocución del académico de la Facultad de Derecho y coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos, Claudio Nash, quien destacó que Garretón “ha hecho de la defensa de los Derechos Humanos su razón de vida”, repasando su participación -desde el comienzo- en el Comité para la Paz en Chile, su trabajo como jefe del Área Jurídica de la Vicaría de la Solidaridad, su posterior desempeño en la Cancillería como embajador de los Derechos Humanos -donde tuvo la tarea de encabezar el recién creado Departamento de Derechos Humanos, a través del cual Chile suscribió a los Pactos Internacionales que no habían sido aceptados por la dictadura-, y su rol en la creación del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
En materia internacional, Garretón fue vicepresidente (1993) de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, representante para América Latina y El Caribe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, parte del Comité Asesor sobre la Prevención del Genocidio mientras Kofi Annan fue secretario general de Naciones Unidas, además de estar vinculado a la defensa de los Derechos Humanos en más de 60 países.
En la ocasión, el rector Ennio Vivaldi realizó la investidura con la Medalla Rectoral al homenajeado, y le dedicó unas palabras. “Hay personas que van más allá de lo que uno normalmente iría. El ejemplo que nos brinda Roberto Garretón es fantástico, es una persona que tiene un significado colectivo enorme para cada uno de nosotros”, expresó.
Por su parte, Roberto Garretón aceptó el galardón relevando que “haber sido testigo de tanto sufrimiento en nuestro país, me impulsó a querer compartir y entregar todo lo que habíamos aprendido y desarrollado”. Junto con ello dio las gracias a la Casa de Bello por el Galardón: “gracias, una vez más, apreciados rector y vicerrectoras, a la Universidad de Chile, tanto por esta Medalla Rectoral que me honra infinitamente, como por hacer suyos estos materiales para que permanezcan en la memoria colectiva de Chile, del que esta universidad es una de sus más grandes instituciones”.