Resulta abrumador escribir sobre cultura en los momentos que vivimos, quisimos creer que nuestro país estaba en un nivel de desarrollo en que habían ciertas comprensiones transversales, pensamos que ya nadie veía al arte y a la cultura como un lujo, como adornos o actividades suntuarias, parecía que todos entendíamos que sin desarrollo cultural no hay desarrollo, al menos no el desarrollo humano que anhelamos. La fuerza que palpita en el alma de un país y su pueblo para enfrentar adversidades se encuentra en su música, su pintura, danza, teatro, la guarda en su poesía, en la memoria de sus crónicas. Es indudable que quienes están en situación de mayor privilegio han sobrevivido al encierro no solo por tener ahorros que aseguren su alimentación, también porque tienen libros, porque pueden ver cine, incluso teatro en distintas plataformas, han resistido con el alma intacta gracias a la música, sus hijos han podido pintar, leer, armar, crear, bailar a pesar del encierro.
Esperábamos un Ministerio de las Culturas haciendo alianzas con el Ministerio de Educación, aprovechando programas y plataformas para ir en ayuda y contención de esa gran mayoría de niños, niñas y jóvenes que no solo han dejado de comer en este tiempo, han dejado de ir al colegio, de estar con sus amigos, han dejado de aprender, imaginamos al MINEDUC preocupado de darles contención emocional, oportunidades de seguir desarrollándose a pesar del confinamiento, teniendo la lucidez de aprovechar el tiempo y las oportunidades que tenemos, descubriendo en el Ministerio de las Culturas un aliado poderoso, pero no, en lugar de eso leemos con gran desaliento pésimas noticias para artistas y trabajadores de la cultura pero principalmente para la ciudadanía, la infancia, la juventud que necesita de ellos, de su obra, de su arte, al que no podrán acceder sin programas como ACCIONA.
El Programa ACCIONA es un proyecto de educación artística que tiene como principal propósito el fomento de la creatividad en los estudiantes, funciona desde el 2007 y hoy con tremenda desazón nos enteramos que será suspendido en muchas regiones, que inexplicablemente continuará en algunas y en otras no, actividades que tenían la oportunidad de buscar e imaginar nuevos formatos, colaborar en la reconstrucción sicosocial tan necesaria en momentos de crisis, estará ausente en muchas de nuestras regiones del norte y centro, incluyendo Santiago, esta barbaridad deja sin trabajo a una red importantísima de artistas y educadores y sobre todo deja desprovista a las escuelas y liceos de una herramienta poderosa para darle sentido a la actividad educativa, más aun en el difícil escenario en que nos encontramos.
Si niñas, niños y jóvenes, sobre todo aquellos menos favorecidos no tienen derecho a acceder al goce estético de la música, a las bellezas de las artes escénicas, la pintura, literatura o audiovisuales en su escuela, entonces ¿dónde se podrían exigir estas experiencias, dónde las podrían encontrar? Con más arte, más cultura, habrá más dialogo e inteligencia social, menos chilenos estarán disponibles a gritar “el que no salta es mapuche” sin sentir profunda vergüenza, habría menos violencias, tendríamos un mejor país, cómo no verlo.
Este gobierno ha manifestado un desprecio impactante en relación a la cultura, basta revisar la última cuenta del Presidente de la República para notar que no hubo siquiera mención en relación al área, pero seguimos confiando en la sensibilidad y mirada de la ministra y el subsecretario actual para guardar la esperanza que una medida tan insensata pueda revertirse.
La autora es académica de la Universidad Alberto Hurtado. En 2014 y 2015 fue subsecretaria de Cultura.