“Todo el mundo odia a la policía”, dicen las pancartas más llamativas de la manifestación que recorre las calles de París. Son miles de personas que rechazan la violencia policial y la controvertida ley acusada de protegerla. La Ley de Seguridad Global, es señalada por sus detractores de atentar contra “la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de manifestación”, y también de establecer “herramientas de vigilancia masiva”.

El rechazo a este proyecto de ley se multiplicó en toda Francia al hacerse viral el video que mostraba la brutal paliza que tres agentes de policía propinaron el productor musical Michel Zecler. La ley prevé multas de hasta 45.000 euros y penas de prisión de hasta un año para quienes difundan imágenes de actos policiales “de manera malintencionada”. Pero la gente se hace una pregunta básica : “Si los videos como el de la agresión a Michel Zecler no existieran, ¿cómo podrían denunciarse estos abusos policiales ?”.

El sábado pasado, las marchas organizadas por el movimiento #StopSécuritéGlobale, un colectivo de múltiples sindicatos y asociaciones (incluidas varias organizaciones de periodistas) se movilizaron fuertemente en el país: entre 133.000 personas según el Ministerio del Interior y 500.000 según los organizadores.

Ante este descontento, el gobierno de Francia anunció, hasta el momento, una única concesión: la reescritura del artículo 24, el más polémico, referente a las imágenes de la policía. El movimiento contra el proyecto exige que se retire totalmente este artículo y además cuestiona el “nuevo plan nacional de aplicación de la ley” que limita la cobertura mediática de las manifestaciones.

Foto @LievreFou