Pandemia mediante, los XIX Juegos Panamericanos se realizarán por primera vez en Chile entre octubre y noviembre del año 2023. Los Juegos corresponden a unas olimpíadas continentales donde participarán 41 países en 38 deportes. Las competencias se realizarán en diferentes recintos deportivos pero la inauguración, la clausura y el torneo de atletismo, se realizarán en el Estadio Nacional que, por lo tanto, se convertirá en un símbolo de los Juegos, tanto a nivel internacional, como a nivel local.
Cuando falta un par de años para el evento, además de los trabajos de remozamiento, corresponde también preocuparse del nombre del Estadio. Hace algunos años, y por exceso de entusiasmo y falta de perspectiva histórica de los miembros del Congreso Nacional, al Estadio se le asignó el nombre de un comentarista de fútbol profesional. Resultará difícil justificar ante los visitantes extranjeros, y también ante las generaciones jóvenes de chilenos, la razón de este nombre. En justicia, corresponde cambiar el nombre del Estadio de manera de homenajear a un verdadero deportista que haya representado digna y exitosamente a nuestro país en competencias internacionales.
Por varias razones el deportista adecuado es Manuel Plaza Reyes (1900-1969). En primer lugar, Manuel Plaza fue un excelente atleta, triunfando en las pruebas de fondo del deporte clásico. Además de sus incontables trofeos en competencias nacionales, fue campeón sudamericano durante una década: en los años 1924, 1926, 1927 y 1933 en 3 mil, 5 mil, 10 mil metros y cross country. Cabe señalar que los primeros juegos panamericanos se realizaron en Buenos Aires en 1951.
En segundo lugar, tuvo una destacadísima participación en la maratón, la competencia emblemática de los juegos olímpicos, que tiene un recorrido de 42 kilómetros y 195 metros. En París, en 1924, obtuvo el sexto lugar siendo el primer chileno que obtuvo puntaje en una Olimpíada. En Amsterdam, en 1928, consiguió la primera medalla de plata (segundo lugar) en el deporte chileno. En ambas ocasiones encabezó la delegación chilena y tuvo un larguísimo y sacrificado viaje en barco que le impidió una preparación final adecuada.
En tercer lugar, Manuel Plaza, era un suplementero de extracción modesta y como deportista amateur llegó a ser muy querido, admirado y popular en todo el país que hasta el día de hoy se le recuerda. Lamentablemente, el gimnasio que lo honraba y llevaba su nombre fue demolido hace algunas décadas.
Por las razones anteriores, el Estadio Nacional merece llevar el nombre de “Manuel Plaza Reyes”. De hecho, en 1938, encabezó el desfile de los deportistas en la inauguración del recinto. Además de una placa con su nombre, correspondería erigir un monumento en la entrada del Estadio y poner su nombre a la avenida Campos de Deportes. De esta manera, se rendirá homenaje y se hará justicia con el mejor deportista chileno de la historia.
El autor es académico de la Universidad de Chile.