Este martes, la organización Londres 38 denunció la fuga de Walter Klug Rivera, coronel en retiro que fue condenado a diez años y un día de cárcel efectiva por el homicidio de 23 trabajadores de las centrales El Toro y Abanico de Endesa durante la dictadura militar.
El ex uniformado ya había burlado a la Justicia en el año 2015 cuando, usando un pasaporte alemán, viajó a Europa. A comienzos del 2020 fue extraditado por el secuestro del estudiante de la Universidad de Concepción, Luis Cornejo Fernández, en 1973.
Para escaparse nuevamente, Klug Rivera utilizó su doble nacionalidad chileno-alemana, misma condición que podría dificultar una eventual extradición.
Para la directora de Londres 38, Erika Hennings, la responsabilidad de esta nueva fuga recae en los Tribunales y en la PDI.
“Fue una responsabilidad compartida tanto de Tribunales como de la PDI. De Tribunales porque el juez o jueza quien debe emitir una orden, alerta roja o algo parecido que debiese estar en los registros de la Interpol para que, ante la posibilidad de intento de paso de algunos de los condenados que están en libertad -que son muchos los casos- no puedan pasar y sean capturados”.
Ante esta situación, Hennings hizo un llamado a estar alerta.
“Los intentos de fuga ante la posibilidad de nuevas condenas es algo permanente, ya tenemos el caso de un jugado que fue Ricardo Lawrence que estuvo casi cinco años prófugo porque no se tuvieron los resguardos necesarios tanto de la PDI como de los Tribunales. Tenemos que estar súper vigilantes aunque no es algo que nos competa, sino que compete a los poderes del Estado”.