Día de los Pueblos Originarios: desde la vergüenza al orgullo por ser quienes somos

  • 17-06-2021

Con un solo voto en contra, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó declarar feriado el Día Nacional de los Pueblos Indígenas. Es cierto que su promulgación a última hora está generando contratiempos y que, por otro lado, las personas esperan un día más de descanso, pero más allá de lo legítimamente doméstico, es de una enorme trascendencia y alegría ver cómo Chile, a través de sus instituciones, ha pasado de la vergüenza y la negación al orgullo por la sangre indígena de sus habitantes.

Empiezan a quedar atrás los tiempos en que los mapuche llegados a Santiago desde el sur se negaban a enseñarles mapudungún a sus hijos, para que no sufrieran la misma estigmatización que ellos, como ocurrió con mi abuelito Carlos Pichipil Mariqueo, oriundo de Nueva Imperial. Los tiempos en que las personas se cambiaban los apellidos para esconder su origen. Porque luego de entonces vinieron otras y otros que, por ejemplo, llenaron de banderas mapuche las calles y los balcones de Santiago desde el estallido social, en contraste simultáneo con un Estado que proseguía con la represión en el Wallmapu o como se dice ampulosamente ahora, la Macrozona Sur.

Pero la Historia no se detuvo. Algunos meses después, ya en 2020, la institución de enseñanza más importante del país, la Universidad de Chile, decretaba la primera política de educación superior en el país para pueblos indígenas, mientras con la profesora Verónica Figueroa Huencho por primera vez una mapuche ocupaba la vicepresidencia del Senado universitario.  Luego, el premio nacional de Literatura recayó por primera vez en un escritor bilingüe, el poeta y ensayista mapuche Elicura Chihauilaf, y la presidencia de la Cámara Alta tuvo, también inéditamente, a la senadora diaguita Yasna Provoste Campillay en ese cargo. Finalmente, el mes pasado pudimos elegir a representantes de los pueblos indígenas para la redacción de nuestra nueva constitución.

Los hitos ocurridos en tan poco tiempo que acabamos de describir, que además son solo algunos, señalan una derrota cultural categórica contra quienes desprecian a los pueblos indígenas o esperan que el Estado chileno, mintiéndose sobre la diversidad de sus habitantes, insista en la persecución a quienes solo reclaman el derecho a que les dejen ser lo que son. Y, con toda seguridad, augura un tiempo donde la Policía será menos racista, donde los territorios se podrán gobernar con consideración a sus particularidades culturales y en donde el medioambiente no será un mero insumo para incrementar grandes fortunas, sino que también serán lugares donde se respeten las cosmovisiones originarias. Hay mucho camino por recorrer todavía en esa dirección: apenas algunas horas antes de este hito histórico, el Consejo de Ministros aprobó la Central Hidroeléctrica El Rincón en Melipeuco, a pesar de que las autoridades regionales lo habían rechazado y que el río Truful Truful es considerado sagrado por el pueblo mapuche. De hecho, es utilizado para diversas actividades vinculadas con su religiosidad y su cultura.

Solo esperamos que el acomodo administrativo que corre el feriado del 24 de junio al lunes más cercano, no nos haga olvidar que el día concreto es móvil ya que alude al solsticio de invierno, el momento más importante del año para la totalidad de los pueblos originarios que habitan el territorio chileno, ya que ahí es cuando se produce la renovación de los ciclos de la naturaleza. Es una oportunidad para que conozcamos el profundo significado de esta fecha para los pueblos originarios, miremos al cielo, nos conectemos con nuestra interioridad y con nuestro entorno natural.

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