La aprobación por unanimidad de una comisión de Conocimiento, Ciencia, Tecnología, Cultura, Arte y Patrimonio en la Comisión de reglamento de la Convención Constituyente es un logro político muy importante. Su relevancia en la discusión constituyente contrasta con la poca presencia mediática y el nulo peso político que estos temas han tenido en las últimas décadas. Es que, más allá de apelar a estas lindas palabras como lugar común en el discurso público, el diagnóstico es que la discusión real sobre el por qué, el para qué y el cómo dotarnos de sistemas de creación de conocimientos, ciencias, tecnologías, culturas, artes y patrimonio no se ha dado, y como país padecemos esa falencia. En ese sentido, el logro en comento debe ser valorado y defendido, porque abre una oportunidad histórica para democratizar dichos procesos.
Las próximas dos semanas serán un período crucial para consolidar lo avanzado en este corto tiempo, que a su vez es fruto del trabajo que por años se ha desarrollado por parte de organizaciones y activistas de los conocimientos, las ciencias y las tecnologías. Luego de ese periodo de tiempo probablemente comenzará la aprobación esta vez por parte del pleno de las 155 personas constituyentes. Como comunidades del conocimiento, las ciencias y las tecnologías, debemos ser capaces de expresar con fuerza y claridad el porqué una comisión como esta es vital para pensar un mejor futuro para el país y para quienes vivimos o nos sentimos parte de él, o de los pueblos que convivimos en su territorio. La prioridad de los próximos días para nuestro sector debe estar puesta en asegurar que la comisión se apruebe.
Esperamos que el apoyo sea lo más cercano a la unanimidad, lo que no solo demostrará una conciencia de la importancia de estos asuntos por parte de quienes son convencionales, sino que también una capacidad de comunicación y despliegue propio que solo puede fortalecernos como organizaciones y activistas por los conocimientos, las ciencias y las tecnologías.
Por cierto, como en todo proceso en que participan personas, existen posibilidades de mejora, así como tensiones que se irán expresando durante el proceso de discusión. Es muy sano y necesario que así ocurra, pues solo mediante la deliberación colectiva efectiva podremos avanzar de manera legítima. Desde esa perspectiva, será esencial el proceso de identificación de nudos conflictivos, así como la capacidad de enfrentarlos con un ánimo transformador, es decir, sin intentar anularlos sino más bien buscando construir posiciones en base a la resolución dialogada de las diferencias.
Hoy tenemos que defender la posibilidad de que se mantenga el punto de partida que hemos encontrado para dar cauce y lugar a estas discusiones. Solo así la potencialidad de una discusión profunda sobre estos asuntos, y sus entronques con flagelos como la violencia y discriminación de género, el racismo, el extractivismo, la desigualdad o el colonialismo, podrá existir realmente a nivel constitucional.
Hacemos el llamado a desplegar toda nuestra fuerza y capacidad para asegurar la aprobación de la Comisión en el pleno. Todas, todes y todos somos responsables y debemos vernos interpelados a contribuir a esta labor.
Adriana Bastías, Presidenta de Asociación Red de Investigadoras
Enrique Riobó, Presidente de Asociación de Investigadores en Artes y Humanidades
Ximena Báez, Presidenta de Asociación Nacional de Investigadores en Posgrado (ANIP)
Leonardo Castillo, Secretario General de Redes Chilenas de Investigación (ReCh)