Patricio Manns y nuestra la memoria sobre riesgo de desastres

  • 26-09-2021

Cuando estamos en medio de complejo escenario a causa del cambio climático y de la pandemia por el COVID-19, que se ha transformado en un desastre socionatural de envergadura con consecuencias políticas, sociales y económicas, ha muerto Patricio Manns. El legado cultural es lo que más se ha destacado de su herencia, sin embargo, por su profesión en tanto periodista, generó una importante contribución en el ámbito de la reducción de riesgo de desastres socionaturales con su ejercicio para la comprensión y la memoria de los terremotos en Chile. En efecto, impulsado por un interés personal y con apoyo de la Unidad Popular a través de la Editorial Quimantú, en 1972 se publicaron dos libros llamados Los Terremotos Chilenos en los cuales a través de fotos, reflexiones y revisión documental se hace un recorrido reflexivo sobre la historia sísmica nacional. El interés de Patricio Manns venía de su propia memoria sobre desastres, pues presenció directamente el gran terremoto y posterior crisis de 1960 cuando vivía en Chiloé y presenció la muerte y desaparición de varias vidas. Luego, mientras participaba directamente en el Gobierno de Salvador Allende, ocurrió el oculto y olvidado terremoto de 1971 que afectó en varias regiones e impulsó un considerable proceso de reconstrucción. Desde su propia memoria el autor plantea en el inicio del Libro 1 de “Los Terremotos Chilenos”: “Si los habitantes de Chiloé, por ejemplo, en 1960, hubiesen sido informados previamente de que tras un terremoto ocurrido en la costa sobreviene un maremoto o tsunami, miles de ellos habrían salvado la vida. Las consecuencias de tal ignorancia son de todos conocidas”. (p.5)

Lo interesante y vanguardista de estos libros es que se trata de un primer esfuerzo por tomar distancia de los enfoques clásicos sobre catástrofes donde éstas son consideradas sólo como fenómenos comprensibles a través de las ciencias físicas, la geografía y la historia, para darles una nueva representación. Esta representación se aleja de la noción del desastre “puro” abordando los sismos en un discurso más menos trágico donde la población chilena estaría conformada por sujetos solidarios, sufriendo los abusos de los poderosos, pero a pesar de ello, capaces de salir adelante en contextos críticos. Lo que hoy constituyen elementos importantes en los estudios de lo que se entiende por “resiliencia”. En línea con lo anterior, las reflexiones sobre los impactos diferenciados dadas las desigualdades como la pobreza, la vivienda precaria o las menciones a las mujeres y niños como víctimas recurrentes de estos desastres socionaturales, muestran una observación bien temprana por parte de Manns, de lo que teóricamente se trata en la actualidad y recién desde los años 90 sobre género y RDD, y desde el enfoque de vulnerabilidad social. También es destacable en ambos libros, que se intenta incorporar sin saberlo un enfoque resiliente, en el que los esfuerzos se focalizan en educar a través de la lectura a la población en general sobre riesgo de desastres, en el entendido que conocerlos permite enfrentarlos de mejor manera, de ahí la elección de publicar en Quimantú, una editorial pública. Así Patricio Manns lo explica:

“¿Qué diablos nos proponemos al hablar de terremotos de Chile? Puesto que surge la pregunta, diremos lo siguiente: hacer un pequeño balance de los mismos, explicarles a las gentes qué es un sismo, cómo se produce, qué hay que hacer para aminorar sus efectos sobre la población, por una parte; por otra, queremos hacer comprender que es un fenómeno “ineludible”, al cual tendremos que conformarnos mientras vivamos, al menos en este fantástico país. (…). Pero se ha establecido ya que conociéndolos, incluso yo diría que amándolos, o necesitándolos, los terremotos no son tan temibles. Es bien sabido que se odia o se desprecia lo que no se conoce. Puesto que es así, la Editorial Quimantú decidió “convencer” a nuestro pueblo de la verdadera bondad de los terremotos. (…) Naturalmente, hubo que escribir dos libros: el primero es el “malo de la película”: cuenta los muertos y las ruinas; cuenta los pavores y los espantos; cuenta “la sangre”. El segundo, en cambio, es luminoso, y relata, completando el feliz título del “maestro Nicomedes”, la esperanza”. (pp.5-6) 

Otro elemento interesante presente en los textos de Manns, son las reflexiones sobre los aportes de la cosmovisión indígena en materia de riesgo de desastre. En el Libro 2 de “Los terremotos chilenos”, Manns se refiere particularmente a los aportes de los pueblos lafkenche y mapuche, en donde critica el que se hayan relegado estos saberes, a pesar de que entregan luces sobre el pasado de maremotos, erupciones y terremotos del centro y sur de Chile. No sólo hace referencia a KaiKai-Vilu y Trengtreng, revisando las publicaciones de Lenz en los Anales de la Universidad de Chile, y documentos históricos y oficiales, Manns establece los elementos comunes entre la herencia oral indígena y diversos eventos catastróficos, con foco en aquellos ocurridos en 1960 tras el terremoto (erupción de volcanes, lluvias intensas, etc.). Este conocimiento es indispensable para evitar desastres mayores. Alrededor del mundo, hoy esto se considera vital para la Reducción de riesgo de desastres, el poder co-construir con otros saberes (ancestrales, locales, entre otros) complementando lo que ya han avanzado las ciencias, el conocimiento experto y tecnocrático.

Recordar este aporte de Patricio Manns en este momento histórico de pandemia, proceso constituyente, de crisis climática y económica mundial, de avances científicos (lo menciono muchas veces para que retengamos este cruce de eventos), justamente nos permite reflexionar sobre la frágil memoria de riesgo de desastres que tenemos en Chile. Porque la pandemia por Covid-19 no es la primera que tenemos que enfrentar, porque pensar y analizar en nuestra historia sísmica y sus consecuencias sociales, políticas, culturales y económicas, es recordarnos que somos un país en contexto de constante multiamenaza. Digo frágil porque para poder llegar a estos libros hoy prácticamente desaparecidos, mientras desarrollaba mi tesis doctoral para un acápite sobre el terremoto de 1971, tuve que recurrir a personas claves que participaron activamente en el Gobierno de la Unidad Popular. Cabe señalar que con la dictadura muchos de los libros de Quimantú fueron quemados ya sea por miedo a la dictadura o por los propios militares. A lo anterior se suma, que lamentablemente, algunas de las personas claves para reconstruir esta memoria ya fallecieron. Por lo que la única manera de acercarse a este conocimiento fue a través de familiares de estas personas. Así fue como pude acceder a “Los terremotos chilenos” de Patricio Manns (1972), porque corresponden a dos tomos de un archivo personal y clandestino atesorado por años de dictadura y transición, por la familia Atias-Céspedes (del Director de Cultura de la UP, Waldo Atias y de su esposa Adelaida Céspedes, funcionaria de ONEMI) a través de su hija Mariana Atias quien cedió estos libros cuando estaba escribiendo dicha tesis doctoral. Esto no es sólo una anécdota, esto se trata de pensar que contar con memoria va más allá del momento político que se está viviendo, y que la real reducción de riesgos de desastres se construye con saberes tan diversos como experiencias hay. En palabras de Manns a quien se despide por estos días en medio de una pandemia, de crisis climática, de temblores perceptibles y otros no tanto: 

“Porque si nosotros, los chilenos, que tanto sabemos de vino, de mar, de locura, de poesía, de archipiélagos y de bares, de barcos hundidos y de países puestos a flote después de estar hundidos, ¿por qué oculta razón no tenemos que ser también los más profundos conocedores de esto que es tan nuestro y que llena de pavor o de curiosidad a tantos otros pueblos del mundo?”. (Libro 2, p.6)

Referencias bibliográficas:  

MANNS, Patricio (1972). Los Terremotos chilenos (Libro Primero). Empresa Nacional Editora Quimantu Limitada, Colección Nosotros los chilenos N°15, pp. 96.
MANNS, Patricio (1972). Los Terremotos chilenos (Libro Segundo). Empresa Nacional Editora Quimantu Limitada, Colección Nosotros los chilenos N°16, pp. 95.

 

Paulina Vergara Saavedra es Académica Instituto de Asuntos Públicos INAP, investigadora del Grupo Reforma del Estado INAP y del Programa de Reducción de Riesgo y Desastres CITRID, Universidad de Chile.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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