Rusia, China e Irán: Alianza Anti Hegemónica

  • 28-01-2022

La República Islámica de Irán, la Federación Rusa, en conjunto con la República Popular China están consolidando una alianza estratégica, que cubre una amplia variedad de acuerdos: políticos, energéticos, económicos, financieros y militares, entre otros en clara pugna contra Estados Unidos y sus aliados.

El objetivo de esta mancomunidad de países va encaminado a romper con la política de unipolaridad estadounidense, impuesta desde la caída del campo socialista, a principios de la década del noventa en el siglo XX. Consolidar este eje, permitirá entonces contrarrestar la agonizante hegemonía occidental, bajo la égida de Washington. La reuniones, acuerdos, convenios y ejercicios militares trilaterales, que han tenido lugar en los últimos meses, despertaron la alarma en Washington y los países bajo su influencia, agrupados en la organización del Tratado del Atlántico Norte e igualmente en aquellos regímenes títeres como el sionista y la Casa al Saud.

Un lustro atrás, cuando esta alianza comenzó a dar sus primeros frutos, sostuve (1) que el eje Beijing-Moscú-Teherán, representa, en magnitudes demográficas, geográficas y económicas un verdadero gigante:  Una población en conjunto que se eleva sobre los 1.500 millones de habitantes, que habita en 29 millones de kilómetros cuadrados y una economía que en conjunto, representa el 22 por ciento del PIB mundial. China y Rusia son potencias nucleares y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el respectivo derecho a veto. En consideraciones militares, el nuevo eje está dotado, igualmente, de un poderío militar capaz de contrapesar, en las áreas de disputa: naval, terrestre y aéreo, a la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN – así reconocido por altos mandos de la Alianza noratlántica y los propios análisis de los Think Tanks, vinculados tanto a la OTAN como al Pentágono.

Efectivamente, durante el año 2017, el congreso estadounidense, durante la administración del ex presidente Donald Trump solicitó, con el aval de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional, a una comisión conformada por republicanos, demócratas e independientes denominada “Comisión para el estudio de la Estrategia de Defensa Nacional”, que analizara en profundidad esa estrategia militar establecida por el multimillonario republicano. Presidida por Eric Edelman, ex funcionario del Pentágono bajo la administración del ex presidente George W. Bush y el Almirante Gary Roughead ex jefe de operaciones navales, aquel estudio y su respectivo informe vio la luz a fines del año 2018 y fue lapidario “La seguridad y el bienestar de los Estados Unidos están en mayor riesgo que en cualquier momento en décadas. La superioridad militar de Estados Unidos: el poder duro, columna vertebral de su influencia global y seguridad nacional, se ha erosionado a un nivel peligroso. Rivales y adversarios desafían a Estados Unidos en muchos frentes y en muchos dominios. La capacidad de Estados Unidos para defender sus aliados, sus socios y sus propios intereses vitales está cada vez más en duda. Si la nación no actúa con prontitud para remediar estas circunstancias, las consecuencias serán graves y duraderas” (2).

Hacia la multipolaridad

China, Rusia e Irán han ido concretando una vasta gama de acuerdos estratégicos. Ello, bajo el amparo de la decisión de sus gobiernos, en momentos que el planeta está sujeto a fuertes presiones, acciones de desestabilización y conflictos bélicos o contenciosos de máxima tensión política, cercanos a las propias fronteras de este eje anti-hegemónico, como son los casos de las guerras de agresión contra Libia, Siria, El Líbano, Irak, Afganistán, la expansión de la OTAN hacia la frontera occidental de Rusia, los intentos de revoluciones de colores en Bielorrusia y Kazajstán. Los procesos desestabilizadores contra la República Islámica de Irán. El uso de grupos extremistas de raíz takfiri, para generar desequilibrios en regiones tan diversas como el sahel africano, el Levante Mediterráneo, el Cáucaso y Asia central.

El acercamiento entre Rusia, China e Irán no es una idea que se haya levantado de la noche a la mañana. En abril del año 2015 Irán, en el seno de la IV Conferencia de Moscú Sobre Seguridad internacional (3) anunció su plena disposición para cooperar, junto a los gobiernos de China y Rusia en materias de dar una respuesta conjunta a las amenazas provenientes de occidente, principalmente de la estrategia de misiles dispuesta por la OTAN en la frontera con Rusia y que afecta directamente al gobierno de Teherán y de Beijing, considerados por la Alianza Noratlántica como enemigos prioritarios.

La conferencia se centró en los problemas mundiales y regionales más importantes de seguridad. En las sesiones plenarias del foro se formularon los asuntos de la lucha contra el terrorismo internacional, el problema de la seguridad en Europa y la Cuenca del Pacífico, el papel de los departamentos militares en el fortalecimiento de la seguridad en las regiones del mundo y además se abordaron aspectos relacionados las cuestiones de la lucha contra el terrorismo y el extremismo en Asia occidental, la seguridad de un espacio de información, la problemática del Escudo Antimisiles y la salvaguardia de seguridad en Asia Central. El ex ministro de Defensa de Irán Hosein Dehqán, declaró en aquel encuentro que “nuestro país desea apoyar la idea de una cooperación militar polivalente entre China y Rusia, para hacer frente a la expansión de la OTAN hacia el este y a la instalación de un escudo de misiles en Europa. Creo que podemos, junto a Beijing y Moscú mantener un diálogo a tres bandas. Y para ello ya hemos discutido ciertos aspectos de la seguridad regional”.

Recordemos, igualmente, que  Irán y Rusia firmaron,  el año 2001, un acuerdo estratégico de cooperación que se prolongó hasta el año 2021 y que fue reflotado a partir de la visita del presidente iraní Ebrahim Raisi a Moscú, a partir del día 20 de enero de este 2022, donde se entrevistó con el presidente ruso Vladimir Putin y concordaron en la defensa mutua frente a las amenazas terroristas, avanzar en el cumplimiento del Plan integral de Acción Conjunta – conocido como Acuerdo Nuclear –  y el rubricar un Acuerdo estratégico por los próximos 20 años. Reunión en la cual el mandatario iraní invitó a su homólogo ruso a “crear sinergias” entre ambos países para enfrentar las sanciones de Occidente y, en particular la política de máxima presión de Estados Unidos. Días después, tras retornar a Irán, el presidente de la nación persa, en entrevista televisiva señaló la conformidad de su país respecto al trabajo político y diplomático de acercamiento y el concretar esta vía, que es una de las maneras para neutralizar las sanciones: “Nosotros abogamos por mantener interacciones con todo el mundo […] pero, los países que quieran enfrentarnos, nosotros los enfrentaremos recíprocamente” (4).

El encuentro entre los mandatarios de Rusia, Vladimir Putin, y de Irán, Ebrahim Raisi, en Moscú el 20 de enero recién pasado. Entre los temas abordados estuvo la defensa mutua ante la amenaza terrorista y el cumplimiento del Acuerdo Nuclear. (Foto @KremlinRussia_E)

El encuentro entre los mandatarios de Rusia, Vladimir Putin, y de Irán, Ebrahim Raisi, en Moscú el 20 de enero recién pasado. Entre los temas abordados estuvo la defensa mutua ante la amenaza terrorista y el cumplimiento del Acuerdo Nuclear. (Foto @KremlinRussia_E)

Con China, la República islámica de Irán ha consolidado un trabajo de estrecho acercamiento. Efectivamente, la nación persa, a inicios de este año 2022, a través de su canciller Hosein Amir Abdolahian, se entrevistó en Beijing con su homólogo chino Wa Xing, reafirmando los acuerdos de Asociación estratégica integral firmados en abril del año 2021 y que significarán la inversión de 400 mil millones de dólares de China en amplias áreas de la economía iraní: energética, infraestructura vial, ferroviaria, telecomunicaciones. Irán, por su parte, se compromete a suministrar por 25 años petróleo y gas a precios preferenciales al gigante asiático. Una cooperación que se extiende al plan global de desarrollo signado por la llamada nueva Ruta de la Seda, de cuyos esfuerzos, proyectos, obras y resultados está fuera Washington (5).

Refresco también la memoria de nuestros lectores con el hecho, que ya en mayo del año 2014, el presidente de China, Xi Jinping sostuvo en la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia –CICA por sus siglas en inglés– celebrada en Shanghái y a la que asistió el presidente ruso Vladimir Putin y el ex presidente de Irán Hasan Rohani que “Necesitamos innovar nuestra cooperación en la seguridad estableciendo una nueva arquitectura de cooperación regional. CICA debe convertirse en un diálogo sobre la seguridad y la plataforma de cooperación mutua y debe establecer un mecanismo de consulta de defensa a fin de crear un centro de respuesta de seguridad en caso de grandes emergencias” (6).

Las palabras de XI Jinping fueron antecedidas por la firma de un histórico acuerdo de suministro de gas ruso a China, por 400 mil millones de dólares, con claras y positivas que debe leerse en clave de las consecuencias geoestratégicas que dicho acuerdo apareja, más allá de la suculenta cifra del contrato. La firma de este acuerdo contó con la presencia del presidente iraní, Hasan Rohani, cuyo gobierno, a partir de esa fecha, también entró en conversaciones, convenios y contratos con empresas del gigante asiático para trabajar juntos, no sólo en la venta de gas y petróleo, sino también en el financiamiento de proyectos de explotación, construcción de puertos, ferrocarriles e incluso sistema de prospección de hidrocarburos.

Un eje Anti-Hegemónico, que ha logrado plantar cara a las sanciones y presiones de Estados Unidos y sus socios, porque son referentes de resistencia frente a ellas, frente a las políticas belicistas surgidas de esa idea y práctica anquilosada del unilateralismo. Ya en el año 2019 Irán, China y Rusia dieron curso al primer ejercicio trilateral con el objetivo de dotar de seguridad a las flotas comerciales que transportan petróleo desde Irán y otros países a los mercados europeos y asiáticos. Ejercicios que se llevaron a cabo en la parte norte del Océano Índico, incluso hasta el estrecho de Ormuz, el punto de tránsito petrolero más importante del mundo.

Una cooperación militar que ha tenido su cuarto ejercicio este mes de enero del 2022. Ejercicios navales denominados Cinturón de Seguridad Marítima, realizados en el Triángulo Dorado donde confluyen las vías marítimas relevantes procedentes de los estrechos de Bab al Mandeb, Malaca y el Estrecho de Ormuz. Ejercicios fundamentales de gran relevancia porque:

  1. Permiten reforzar la seguridad en la región, proteger la ruta energética más importante del mundo combatir la piratería y compartir información en momentos de fuerte tensión con Estados Unidos, la OTAN y las agresiones sufridas contra Yemen, Siria, Irak y Palestina.
  2. Con “Cinturón de seguridad marítima” se le está diciendo a Occidente, allí muy cerca de la Flota Naval que tiene Estados Unidos estacionada en Bahréin, a las decenas de bases militares instaladas en la región, que tengan cautela, que esa zona tiene potencias capaces de defender sus intereses y que no se dejarán avasallar.
  3. Es una muestra evidente de las estrechas relaciones que se han forjado en este eje político-militar-económico entre Irán-Rusia-China que va a defender sin freno alguno todas sus rutas económicas actuales y aquellas proyectadas como es la nueva ruta de la seda.
  4. Es una expresión y demostración de fortaleza frente a un occidente, que pretende mostrar músculo usando a Ucrania, a las naciones que colindan con la frontera occidental de Rusia, a las amenazas que sufre China en su Mar Meridional, los intentos de revolución de colores en Bielorrusia, Kazajstán, la utilización del sionismo y la casa al saud.

Irán, Rusia y China han sido, por largos años, blanco de ataques, acciones punitivas en el campo económico, bancario, sistema financiero internacional. Sujetos a bloqueos, guerras comerciales, embargos, amenazas, chantajes y todos los adjetivos que se pueden tener en cuenta con respecto a la política internacional occidental ejercida contra ellos. Y, ante una situación de esas características, la unidad de fuerzas y objetivos resulta primordial a la hora de enfrentar las amenazas y agresiones efectivas, que significan un peligro para su propia supervivencia.

Traigo a colación el interesantísimo artículo de Mahdi Darius Nazemroaya, publicado en globalresearch (7) a propósito de la IV Conferencia de Moscú Sobre Seguridad Internacional donde refiere que la alianza entre China, Rusia e Irán “concreta las peores pesadillas para Estados Unidos auguradas en su oportunidad por el ex asesor de seguridad Zbigniew Brzezinsky quien advirtió al grupo de poder político y militar estadounidense sobre la conformación de un eje de cooperación euroasiático que desafiaría la primacía estadounidense y sus aliados en el mundo”.

Según los temores vertidos por Brzezinsky, esta alianza euroasiática podría surgir como “una coalición China-Rusia-Irán con Beijing como punto central. Para los estrategas chinos –y donde coinciden rusos e iraníes– enfrentar a la coalición occidental, que incluye a Estados Unidos, Europa y Japón, el contra balance geopolítico más efectivo podría ser tratar de formar una alianza propia, vinculando China con Irán en le región del Golfo Pérsico – Asia occidental y con Rusia en el área de la antigua Unión Soviética”. Profético el ex asesor estadounidense, pues cada día resulta más evidente que esas pesadillas se han vuelto una realidad.

Pablo Jofré Leal
Artículo Para SegundoPaso ConoSur
Permitida su reproducción citando la fuente

  1. https://radio.uchile.cl/2016/09/06/rusia-china-iran-una-alianza-destinada-a-romper-hegemonias/
  2. https://www.usip.org/sites/default/files/2018-11/providing-for-the-common-defense.pdf
  3. https://es.mil.ru/es/MCIS/index.htm
  4. https://www.hispantv.com/noticias/politica/536377/iran-raisi-eeuu-dialogo-nuclear
  5. Nueva Ruta de la Seda. La One Belt, One Road Initiative o BRI (Belt and Road Initiative), conocida en castellano como Nueva Ruta de la Seda, es un gran proyecto internacional lanzado por la República Popular China en el año 2013. Consiste, esencialmente, en el establecimiento de dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima, que mejorarían las conexiones chinas tanto en el continente asiático como hacia occidente, pasando por Asia Central, el Cáucaso, Asia Occidental y finalmente África y Europa. https://elordenmundial.com/que-es-la-nueva-ruta-de-la-seda-china/
  6. https://actualidad.rt.com/actualidad/view/128891-china-alianza-seguridad-rusia-iran-pesadilla-eeuu
  7. https://www.globalresearch.ca/debuto-en-moscu-una-coalicion-china-rusa-irani-contra-la-otan/5446763. Los objetivos declarados de China y Rusia consisten en garantizar la continuidad de un “mundo multipolar”. En su libro The Grand Chessboard, American Primacy and Its Geostrategic Imperatives publicado en 1997, Brzezinski advertía en contra de “la creación o el surgimiento de una coalición euroasiática” que “pudiera finalmente tratar de desafiar la supremacía americana”. Brzezinski designaba esta potencial coalición euroasiática bajo la apelación de “alianza antihegemónica” y estimaba que estaría conformada “por una coalición chino-ruso-iraní” y que su columna central sería China. Se trata de la OCS y de varios gobiernos eurasiáticos vinculados a ella.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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