Hace dos años, la llegada de la pandemia del Covid-19 en Chile llevó al confinamiento y distanciamiento social a una sociedad que se reunía casi cotidianamente en las calles y plazas a lo largo del país desde octubre de 2019, manifestando sus insatisfacciones y demandas. El Estallido Social, más allá de un ciclo de protestas, se concretó como una revuelta popular cuyos efectos reverberan en -a pesar- y más allá de las nuevas condiciones de vida y organización social impuestas por la llegada e instalación de una pandemia mundial. De los encuentros en las calles, de la auto-organización en asambleas y cabildos territoriales y temáticos, de las vívidas expresiones artísticas y las más diversas manifestaciones de solidaridad, se empieza a (re)tejer de forma novedosa el tejido social.
En plena pandemia, se organizan redes locales de protección y solidaridad, se realiza con gran participación la votación del Plebiscito Constituyente y luego se elige una Convención Constitucional paritaria, independiente, con representación de los pueblos originarios, constituyéndose así una instancia ampliamente democrática, que refleja de manera fidedigna el proceso popular en el cual se originó.
Hace dos años, las “históricas” manifestaciones del 8M cerraban el ciclo de protestas del Estallido Social, reafirmando fuerte y claro el rol protagónico y fundamental de las luchas de las mujeres y disidencias como sujetas políticas clave en ese proceso de transformación social, cultural y política, en la denuncia y proposición de nuevas formas de hacer política y en la recomposición del tejido social.
Hoy, el 8M del año 2022 se encuentra con una nueva coyuntura y nuevos desafíos: la apertura paulatina ha permitido el reencuentro social en las calles; el proceso Constituyente se desarrolla para presentar las propuestas de una tan anhelada Nueva Constitución y las promesas de un gobierno feminista -junto a la notable presencia de “compañeras de lucha” en los espacios institucionales- rediseña una realidad en construcción que tiene en los feminismos uno de sus pilares fundamentales.
El 8M de 2022 inaugura, entonces, con esperanzas y expectativas, ese nuevo escenario, construido desde la organización histórica de las mujeres, feministas y disidencias, desde sus luchas anti-sistémicas y transversales, de la proposición de perspectivas diversas desde las cuales vivir sin violencias, con respecto, justicia y dignidad es para todas, todos y todes.
En ese marco, y como parte del registro de ese notable proceso histórico que vivimos, el Núcleo de Género Julieta Kirkwood, de la Universidad de Chile, te invita a participar de la tercera edición de la Encuesta 8M 2022 ¡A retomar las calles! a través del link: bit.ly/encuesta8m2022
La encuesta está dirigida a personas que participarán de las conmemoraciones del 8 de Marzo de 2022, ya sea de forma presencial o virtual.
En este link se pueden revisar los resultados de las Encuestas “8M 2020 ¿Qué hay de nuevo en los feminismos chilenos?” y “8M 2021 Activismos feministas en tiempos de pandemia”: https://www.researchgate.net/profile/Debora_De_Fina_Gonzalez
Débora de Fina González
Investigadora Postdoctoral
Núcleo de Estudios en Género y Sociedad Julieta Kirkwood
Depto. de Sociología – Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Chile