Desde mayo del 2018 con la revolución feminista, han salido a la luz distintas situaciones que comprometen a las escuelas, liceos, colegios y universidades con relación a la violencia de género. Actualmente estamos viviendo un momento álgido, donde distintos liceos y colegios han develado situaciones de violencia, abuso y acoso, y sabemos que tanto el sistema educativo de la mano con el Estado, no han sido capaces de responder apropiadamente a estas situaciones.
Se requiere de forma inmediata espacios de reflexión pedagógica que apunten a una educación no sexista en todos los establecimientos educativos, pues sabemos que las situaciones que se destaparon en las últimas semanas no responden a casos específicos y develan una problemática mas bien social, que nos atañe a todas las personas que somos parte del sistema educativo, desde el nivel inicial hacia la educación superior. Se requiere activar y reformular protocolos de violencia de género, y un acompañamiento integral y pertinente a las víctimas, pero a su vez, debemos avanzar con fuerza en la exigencia de una Educación Sexual Integral (ESI) con perspectiva de género.
La ESI previene la violencia en todas sus formas, nos invita a sensibilizarnos y reflexionar sobre actitudes cotidianas que promueven desigualdades, un reconocimiento temprano a las distintas formas de violencias, acoso y/o abuso, y entrega herramientas para identificarlas y prevenirlas. La ESI nos involucra a mirar los espacios educativos como micro sociedades, donde todo lo cultural y simbólico, y los requerimientos sociales se traspasan y deben ser atendidos.
Como profesionales que trabajamos en educación, tenemos un compromiso con la educación, donde cada estudiante pueda alcanzar un desarrollo digno, autónomo, libre, seguro y sobre todo feliz, sin discriminaciones de ningún ámbito (género, raza, clase, situación de discapacidad, etc.). Debemos construir comunidades educativas seguras para todas, todos y todes. Un compromiso urgente que requiere combatir al patriarcado, al machismo y al sexismo en la educación.
Como equipo del Centro de Estudios Saberes Docentes de la Universidad de Chile, entendemos que el Estado tiene una deuda histórica con la erradicación de la violencia patriarcal y machista en todas sus dimensiones, pero que hoy toma relevancia y apunta al sistema educativo, donde se necesita una atención y medidas urgentes. Relevamos con ahínco la importancia de la incorporación de una Educación Sexual Integral con perspectiva de género.
Por nuestra parte, trabajamos para una resignificación de la formación continua del magisterio que incorpore la perspectiva de género como un elemento central del quehacer docente en sus distintas dimensiones. Estamos comprometidos y comprometidas para fortalecer el desarrollo de una educación pública que promueva la transformación hacia una sociedad más democrática, justa y equitativa en el marco de una convivencia comunitaria y de bienestar.
Macarena Vargas, encargada del área de Género del Centro de Estudios Saberes Docentes de la Universidad de Chile