“La mujer metida en el Gobierno la gente no le gusta”: Tras estas declaraciones del candidato Rodolfo Hernández en una emisora antes de la primera vuelta presidencial, el enfoque de género se ha vuelto central en ambas campañas.
Porque luego de confirmar el balotaje, los simpatizantes de Gustavo Petro pasaron al ataque.
En ese momento, María José Pizarro, senadora electa del izquierdista Pacto Histórico, afirmó: “Es un hombre absolutamente misógino”, dijo tras conocer los resultados de la primera vuelta el pasado 29 de mayo.
Hernández intentó rectificar esa posición en otra entrevista, pero dijo: “Lo ideal sería que las mujeres se dedicaran a la crianza de los hijos”.
Más allá de esas declaraciones, Diana Villalobos, representante de mujeres en la campaña rodolfista, defendió la participación femenina, y otras acciones en la Alcaldía de Bucaramanga, durante el mandato local de Hernández.
“Fue el primero que puso la asesora de género en la Alcaldía de Bucaramanga”.
Para Pizarro, sin embargo, su movimiento ha demostrado trabajar más por las mujeres, “por la decisión del Pacto Histórico de presentar listas paritarias, cerradas y cremallera, en el Congreso de la República, se aumentó la representación de las mujeres del 17 al 32 por ciento”.
Pero entre personas cercanas a Petro hay líderes considerados antiderechos, como el pastor evangélico Alfredo Saade, y con denuncias por maltrato intrafamiliar, como el periodista Holman Morris.
De una campaña o de otra, el debate sobre el papel de la mujer, así como el respeto a las minorías, ha cobrado, atípicamente, protagonismo en un país tradicionalmente conservador.