Nuestra ministra de Salud, con su reconocida capacidad y experiencia, conducirá una tremenda tarea por delante. Pero en esta tarea no está sola. Cuenta con la basta y fecunda trayectoria de los equipos de salud que por tanto tiempo vienen atendiendo a sus compatriotas. Cuenta con el apoyo de gremios fuertes, cuyo compromiso con la salud pública ha estado desde siempre.
El Presidente Boric le ha encargado a la Ministra de Salud, Dra. Begoña Yarza, que inicie de inmediato el trabajo para concretar la gran reforma a la salud en Chile, que consiste nada menos que en transformar nuestro segmentado e injusto modelo, en un Sistema Universal de Salud. Titánica tarea, si consideramos que en nuestro país sigue existiendo un sistema para ricos y otro para pobres en la atención de salud.
Como sabemos, aproximadamente el 76% de los chilenos se atienden por Fonasa, mientras el 18% se atiende por Isapre. El resto de los compatriotas es beneficiario de los sistemas de salud de las FFAA o de las policías y gendarmería.
Sin embargo, dos tercios del total de recursos que los chilenos pagamos a través de la cotización del 7% para salud se va a las Isapres, y apenas un tercio de ese total de recursos se destina a Fonasa.
Se tratará, entonces, de crear un Fondo Universal al que concurran las cotizaciones de todas y todos los chilenos, más los recursos que aporte el Estado, para financiar una potente red asistencial formada principalmente por todos nuestros centros de atención primaria, hospitales públicos y también clínicas privadas que quieran ser parte de este enorme esfuerzo nacional por mejorar la atención de salud de toda la población.
Pero debemos comenzar por el pilar de esta gran reforma. Es decir, debemos comenzar por crear un Sistema de Atención Primaria de Salud de carácter Universal.
La atención primaria, como se sabe, es el aspecto fundamental de todo sistema de salud bien concebido. Desde la atención primaria se puede hacer con eficiencia toda la labor de promoción y prevención en salud. Como hemos podido constatarlo con tranquilidad los chilenos y chilenas, las campañas de vacunación contra el Covid no habrían tenido la eficiencia que mostraron, si no hubiéramos contado con una red de atención primaria de calidad. La atención primaria es también la puerta de entrada al sistema de salud de las personas que se enfrentan a la enfermedad. Allí es donde primero se recurre y, en una proporción significativa de casos, es donde se resuelven nuestros problemas. Por estas razones, los países que cuentan con un buen sistema de atención primaria, pueden hacer buenas campañas de promoción y prevención, y pueden atender la mayoría de las enfermedades antes de que se agraven.
Sin embargo, nuestro sistema de atención primaria de salud, siendo reconocidamente muy bueno en el concierto de países de A. Latina, presenta tres problemas que esta reforma debe enfrentar. Primero, no es universal, dejando de atender a aproximadamente a 3.500.000 de personas que están en Isapres. Segundo, le falta capacidad resolutiva, es decir, podría resolver más patologías si contara con mayor tecnología y con una gama de profesionales más amplia para hacer frente a enfermedades que hoy se derivan a los hospitales, que se podrían atender en nuestros consultorios y Cesfam. Tercero, cuenta con un sistema de derivación hacia el sistema hospitalario muy deficiente, lo que genera muchas molestias en la población.
Nuestra ministra de Salud, con su reconocida capacidad y experiencia, conducirá una tremenda tarea por delante. Pero en esta tarea no está sola. Cuenta con la basta y fecunda trayectoria de los equipos de salud que por tanto tiempo vienen atendiendo a sus compatriotas. Cuenta con el apoyo de gremios fuertes, cuyo compromiso con la salud pública ha estado desde siempre.
Y la reforma ha comenzado a caminar. Ya se constituyó la Comisión Nacional para la Universalización de la Atención Primaria de la Salud, que estará presidida por la propia Ministra e integrada por los equipos técnicos del más alto nivel del Ministerio, de Fonasa y de la Superintendencia de Salud.
En su reunión constitutiva acordaron implementar 6 planes pilotos durante este año y constituir un Consejo de apoyo a la reforma, invitando a integrarlo a ex ministros de salud, a representantes de las comisiones de salud de la Cámara y el Senado, a destacados académicos de la Escuela de Salud Pública y de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar, a los principales gremios de trabajadores y profesionales que laboran en atención primaria (Confusan y Colegio Médico), y a los representantes de los usuarios.
Se aprecia un esfuerzo integrador, a la altura de la tremenda tarea por abordar. Se constata una convicción muy profunda de que Chile puede plantearse un objetivo tan ambicioso como tener una atención de salud de calidad e igual para todos sus habitantes.
Y, sobre todo, se advierte un compromiso sin vacilaciones con la más noble acepción del servicio público: trabajar sin descanso para hacer de Chile un país más justo y más libre.