La ‘ley trans’ divide a la izquierda y al feminismo en España

La nueva normativa impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez busca regular la transexualidad en España. Es una de las leyes más vanguardistas del mundo, ya que allana los trámites burocráticos y facilita el cambio de sexo a partir de los 14 años.
  • RFI
  • 28-10-2022

La nueva normativa impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez busca regular la transexualidad en España. Es una de las leyes más vanguardistas del mundo, ya que allana los trámites burocráticos y facilita el cambio de sexo a partir de los 14 años.

Texto de Luis Méndez

El texto establece por primera vez la autodeterminación de género para reforzar la identidad de las mujeres transexuales, lo que provoca el rechazo no sólo de los partidos conservadores sino de un sector del feminismo más tradicional, al que pertenecen muchas dirigentes socialistas que consideran que esta ley pone en riesgo algunos de los derechos que han logrado conquistar las mujeres a lo largo de la historia.

Mientras los partidarios de la reforma legislativa subrayan que las mujeres transexuales tienen los mismos derechos que el resto de las féminas, los disconformes alegan que un hombre no se convierte en mujer por el simple hecho de haber decidido cambiar legalmente de sexo, ya que subsiste el hecho biológico diferencial.

A través del movimiento feminista, la división de opiniones también contamina a las dos formaciones que integran el gobierno de coalición: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la izquierda emergente de Unidas Podemos (UP).

Un sector del PSOE, representado por feministas clásicas como la ex vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se oponen abiertamente a ciertos apartados de la ley de transexualidad que, por el contrario, es defendida íntegramente por destacadas dirigentes de UP, como la ministra de Igualdad, Irene Montero, una de sus principales impulsoras.

Con la nueva ordenanza se conseguirá saldar una deuda con el colectivo, ya que impedirá que las personas trans sean consideradas “enfermas” y garantizará que las administraciones públicas reconozcan sus derechos sin más procedimientos, recalca la ministra Montero.

No obstante, otras corrientes feministas consideran que la condición de hombre o mujer es una realidad biológica, por lo que rechazan que un varón, por el mero hecho de renunciar a su identidad masculina, pueda beneficiarse de medidas adoptadas para eliminar la brecha de género.

“Borrado de mujeres”

Las disidentes consideran que el proyecto de ley puede llegar al “borrado de las mujeres” y poner en riesgo mucho de lo conseguido hasta ahora por las feministas, como la ley contra la violencia de género, las normas que establecen categorías deportivas por sexos, la paridad en cargos y premios o las cárceles para mujeres y hombres.

Mientras en el mundo de la política y el feminismo la nueva normativa es objeto de debate, en la calle la reforma legislativa se vive de otra manera ya que son muchos los españoles, sobre todo los de mayor edad, que ignoran el contenido de la ley trans, como se conoce popularmente; tampoco están al tanto de las divisiones surgidas entre sectores de los dos grandes partidos de la izquierda española.

RFI recogió algunos testimonios en las calles de Madrid.

“No le puedo decir gran cosa porque yo ya no estoy preparado para eso. Positivamente no lo sé. No me ha llegado nada”, señala un jubilado que mostró su sorpresa al ser preguntado sobre la ley trans.

Por el contrario, la mayoría de los jóvenes se muestran a favor del reconocimiento pleno de las mujeres transexuales, aunque con algunos matices, ya que confiesan que no han leído el texto.

“Hay que distinguir entre lo que viene a ser el sexo biológico que te dan cuando naces y la identidad de género. El debate no creo que tenga que estar tanto en los genitales que tenemos cada uno, sino en los derechos que tenemos como personas. No hay que empezar a respetar a estas personas por la promulgación de esta ley, sino que debemos concienciarnos todos un poco y tener un poco más de cuidado con lo que decimos a nivel cotidiano”, asegura Marta, estudiante universitaria.

“Hay que buscar políticas de consenso y el puro derecho de las personas básicamente, lo que implica respeto a los demás, sean hombres o mujeres transexuales”, señala Joaquín, un joven madrileño que espera pacientemente en la parada del autobús.

“Yo soy partidario de mantener los dos sexos, porque si hacemos un tercer sexo o una tercera identidad va a crear conflictos, poniendo en cuestión todo lo que tenemos hasta ahora. Habría que replantear muchas cosas de manera profunda”, agrega Joaquín.

Divisiones

Ante el alcance de la controversia, el propio presidente Pedro Sánchez tuvo que intervenir para enfatizar la unidad de su partido, algo que no reflejan las críticas de destacados socialistas hacia algunos aspectos de la ley. La exdiputada socialista Carla Antonelli, la primera parlamentaria transexual de España, se dio de baja recientemente del PSOE por las trabas que muchos de sus compañeros están poniendo a la nueva normativa.

A pesar de ello, Sánchez expresó su convencimiento de que la ley será aprobada próximamente por el parlamento y recalcó que en el PSOE no existen feminismos clásicos o modernos, sino un solo feminismo.

Con la aprobación de la nueva ley, España se sumaría al pequeño grupo de países europeos que han despatologizado el reconocimiento de la identidad sexual, entre ellos Países Bajos, Portugal, Bélgica, Francia, Noruega, Luxemburgo, Malta y Dinamarca.





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