Sueltas como hojas al viento

  • 08-03-2023

El lunes pasado, en un programa radial matutino, se destacó un dato interesante sobre la participación política femenina a nivel global y es que, por primera vez, las mujeres están representadas en todos los parlamentos del mundo.

En la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora, es un hito relevante que las mujeres estemos avanzando dentro del espacio político, lugar que hasta hace no mucho había sido vedado para nosotras.

Pero esta noticia que, en la radio, fue reconocida positivamente por el locutor, no recibió el mismo entusiasmo de la colega que lo acompañaba y tampoco por esta radioescucha. Quizás ustedes podrán cuestionar esta falta de entusiasmo, pero ¿por qué no se alegran? Porque a reglón seguido, se dio a conocer por la Unión Interparlamentaria (UIP) -organismo a cargo de esta encuesta- que harán falta otros 80 años para alcanzar la paridad de género en el parlamento.

Así, la misma comunicadora concluyó la importancia de los mecanismos de paridad para lograr estas cifras y anheló que, ojalá en un futuro, no sea necesaria la paridad para que las mujeres podamos tener una representación política a nivel gubernamental, pero ahora, es efectivamente una herramienta indispensable frente a la desigualdad de oportunidades que tenemos para intervenir en la esfera pública.
Es por este motivo que la democracia requiere de elementos que permitan a las mujeres y a las diversidades tener figuras representativas para lograr incidir en el debate público y relevar sus problemáticas específicas, para que la diferencia sea visibilizada, de lo contrario, la subrepresentación femenina seguirá siendo una amenaza para nuestro país.

Ahora bien, sin duda, no podemos minimizar que, igualmente nos encontramos ante un acontecimiento histórico, las mujeres tenemos un incremento en participación política-mínima- pero relevante. Pero como mujeres, sabemos que este no es el único problema: la violencia política, el sexismo, el acoso, son algunos de los obstáculos que nos encontramos en cada espacio que habitamos y que incluso, son parte de la dimisión frecuente de las mujeres en los espacios de influencia.

No es tan difícil encontrar casos que parecen de manual y que inhiben la participación política de mujeres muy capaces, como casos donde el debate se centra 20 minutos en el modo en que se viste una autoridad regional para dar un punto de prensa o el cuestionamiento a otra de las capacidades para detentar un cargo público condicionando su designación a un liderazgo masculino, como se ha visto hace poco en la región que represento.

Es así como las palabras de Gladys se hacen patente y se vuelven carne, por eso, quiero decirles a mis compañeras mujeres, cualquiera sea el espacio que quieran liderar: Exijamos, luchemos, por la justicia del pan y de la vida. Nosotras, mujeres, esposas, amantes, pololas, novias, hijas, ciudadanas, salgamos a trabajar y a luchar sin que nadie nos detenga. Sueltas como hojas al viento, al viento de la justicia, de la democracia y la libertad.

Carolina Tello Rojas
Diputada
Presidenta Comisión de Mujeres y Equidad de Género

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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