En memoria de Patricio Bañados

  • 08-05-2023

El 3 de julio de 1986 fue un jueves, Ese día, los soldados de este país quemaron vivos a la estudiante Carmen Gloria Quintana y al fotógrafo Rodrigo Rojas Denegri, dos jóvenes, en el marco de las multitudinarias protestas contra la dictadura cívico-militar que asolaba a Chile. Al día siguiente, viernes 4 de julio, en medio del deprimido estado de ánimo que reinaba por los sucesos acaecidos, me dirigí muy temprano a mi turno en la célebre Radio Chilena, donde debía comenzar a ocuparme de las luctuosas noticias que por esos días atravesaban el corazón de todas y todos. Días de aterradoras noticias, de hechos inimaginables aún para ese Chile estremecido: hacía tan poco por otro crimen abominable de la dictadura del odio: el de tres profesionales comunistas que a fines de marzo del 1985 habían sido degollados por los esbirros de Pinochet.

Cuando arribé al adusto edificio del Pasaje Philips 40, segundo piso, que cobijaba los estudios de Radio Chilena (y de su filial en FM, la tremendamente escuchada Radio Aurora, donde yo también ejercía labores profesionales), escuché la voz atormentada de Patricio Bañados que conducía un espacio de 15 minutos titulado “Algo más que Deportes”. En ese momento le oí exclamar ante el micrófono:

  • ¡Cómo es posible, Dios mío, cómo es posible! ¿Cómo podremos -dijo- mirarnos a los ojos mañana y explicarle a nuestros hijos este crimen horrendo?

Y continuó explayando su sentimiento, que era el del país, sobre lo ocurrido con Carmen Gloria y Rodrigo. Todos sabemos que él murió tres días después producto de las quemaduras provocadas por la bencina que los soldados rociaron sobre su cuerpo, mientras Carmen Gloria se debatía entre la vida y la muerte en la Posta Central. Afortunadamente ella pudo sobrevivir a base de múltiples operaciones y tratamientos, pero quedando marcada por el fuego de por vida.

Sin embargo, las palabras que les escuché decir esa mañana inolvidable a Patricio Bañados lo retratan de cuerpo entero. No necesito explayarme para comprender su tremenda humanidad porque, aunque no era nada fácil enrostrar de frente la sevicia de esos años, él ya había sufrido aquella experiencia anterior de todos conocida cuando, en el noticiero central de Televisión Nacional se negara a leer ¡EN CÁMARA! una información retorcida al conjuro que le dictaba su conciencia cuando dijo, mirando a la pantalla: “yo no voy a leer esto porque NO es verdad”.

Ese es Patricio Bañados, un comunicador de estatura moral invalorable para los tiempos de bajeza que, como vientos de mal hálito, soplan sobre este suelo desde hace 50 años. Tal vez sea todo un signo que decidiera partir este domingo 7 de mayo de 2023, el mismo día en que se impone la ultraderecha en una elección dudosa, sino espuria. Tal vez la vergüenza y la desesperanza que tantos sentimos no le hubiera permitido sobrevivir más allá del lunes.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Presione Escape para Salir o haga clic en la X