Este año se han levantado, y seguirán levantando, diversas actividades, jornadas y organizaciones para preparar la conmemoración de los 50 años del Golpe civil-militar que ocurrió en nuestro país.
En ese contexto, desde el movimiento feminista el desafío es seguir convocando a mujeres y disidencias para recoger nuestras experiencias en este año de conmemoración, anudando el hilo rojo de la memoria, que nos une a todas y todes, quienes vivimos la dictadura y quienes somos hijes de ella.
Luego del escenario político que nos evidenciaron las últimas elecciones, hemos estado reflexionando acerca de cómo llegamos a las personas que no se han sentido llamadas por nosotras. Esto, sin renunciar a nuestra porfía y capacidad de interpelar y luchar por más democracia en el país, en la casa y en la cama, en todos los espacios que habitamos; y luchar por la reparación a víctimas y sobrevivientes de la dictadura civil-militar y el juicio y castigo a los responsables.
Recordemos que el negacionismo, como podemos intuir, es la negación, banalización o justificación de una realidad histórica relevante para comprendernos como sociedad y que, al tratarse de violaciones a derechos humanos, constituye un discurso odioso. Es una práctica que puede ser ejercida por individuos, grupos políticos y hasta el Estado.
Para nosotras el ejercicio de recordar y hacer memoria se vuelve crucial en nuestro contexto, donde, lamentablemente, el negacionismo y la impunidad de las violaciones a derechos humanos son lo que hoy parece normal. Es necesario levantar un relato concreto que exija como mínimo la justicia, la verdad, la reparación y las garantías de no repetición.
Nos preocupa y alerta el discurso confuso y cómodo que hemos observado a lo largo del año por los partidos políticos, los medios de comunicación y el gobierno, quienes se quedan en lamentar las atrocidades de la dictadura sin nombrar el contexto histórico en que se produjo el quiebre de nuestra democracia y la militarización del país, ni mucho menos aportando a una cultura de derechos humanos que haga real el “Nunca Más”.
Por el contrario a las promesas en campaña, hemos visto una validación abrumante del abuso y violencia por parte de Carabineros y Fuerzas Armadas que se contradice con la investigación y sanción que debiese corresponder, siendo esta violencia una continuación de la sufrida en los años de dictadura que perpetúa la impunidad.
La negación del proceso transformador y democrático de la Unidad Popular, que recogía demandas urgentes para las grandes mayorías, la cultura del silencio y los pactos de impunidad de quienes persiguieron, ejecutaron y encarcelaron a quienes creían en la justicia social, sumado a la desfachatez de los medios de comunicación en ocultar las graves vulneraciones a derechos humanos de ayer y hoy, son algunos de los elementos que producen la crisis social y política que atravesamos.
Hacemos especial hincapié en la violencia político-sexual ejercida por sujetos que respondían al Estado, policías y militares, principalmente, hacia cuerpas feminizadas; usando la violencia sexual como forma de amedrentar y reprimir la protesta social, generando un mecanismo específico de tortura con fundamento en el patriarcado y que hasta la actualidad sigue invisibilizada, sin prevenirse y sin responsables. Esta es una de las realidades que se ha negado durante 50 años, y que necesitamos afrontar.
Es doloroso para nosotras ver cómo después de medio siglo aún no existe verdad ni justicia para aquellas personas violentadas por los agentes del Estado. Lo vimos en dictadura, en “democracia” y para la revuelta popular del 2019. Desde los feminismos vivenciamos estas heridas, estamos en un país que espera verdad, justicia y reparación, estamos en la memoria viva de resistencia, defendiendo nuestras propias vidas.
Nos llamamos a no ceder, a no soltarnos y a seguir construyendo memoria feminista para que nunca más la angustia, el hambre y el miedo vuelvan a ser la política de Estado.
Camila Olmos
Elisa Franco
Sofía Rodríguez
Ana Paula Sánchez
Pamela Valenzuela
Vocerías 2023-2024 Coordinadora Feminista 8M Stgo.