Acusación débil y homofóbica contra el ministro Ávila

  • 12-07-2023

Finalmente, se ha llegado al día de la acusación constitucional contra el ministro Marco Antonio Ávila con un libelo severamente desprestigiado. Además de los cambios sucesivos al señalar cuáles eran los motivos de la presentación, lo cual ha sido una exhibición de la falta de consistencia en las causales, ha terminado finalmente por instalarse que hay una motivación homofóbica, que tuvo como últimas expresiones los dichos de Marcela Aranda y la diputada María Luisa Cordero.

Respecto a la parlamentaria, hace bien la bancada del Frente Amplio en llevarla a Comisión de Ética de la Cámara, así como hace muy mal la bancada de Renovación Nacional en no condenar categóricamente sus dichos, como dando a entender que parece que en la política chilena de hoy todo vale. Hay que recordar que la actitud de sus pares fue la misma que cuando Cordero incurrió en la aberración de poner en duda la ceguera de la senadora Fabiola Campillai sin aportar ningún antecedente que respaldara sus dichos, situación que en todo caso dio lugar a una querella que fue acogida, por lo que ahora deberá demostrar en tribunales la veracidad de sus dichos si no quiere ser desaforada y condenada.

Hace algunas semanas, con motivo del Día del Orgullo LGBTIQ+, entrevistamos a algunas organizaciones representativas de la diversidad del sector, todas las cuales coincidieron en que frente a la regresión conservadora que vive el país el sentimiento predominante era el miedo. Ya en esos días decían que si el ministro Ávila y la diputada Schneider, siendo autoridades, eran objeto de los ataques ya conocidos, que se podía esperar de personas que no tenían ningún tipo de protección. Solo por la manera en que los impulsores de la acusación la han conducido es que las organizaciones de la diversidad sexual han sentido este asunto como propio y han concurrido a respaldar al Ministro, como una forma de defenderse de un clima público que consideran hostil.

Debido a que hay medios de comunicación que no le toman el peso a lo que está pasando o que dejan a los entrevistados explayarse en dichos aberrantes sin confrontarlos, desde acá queremos señalar categóricamente que es muy grave lo que está pasando y que es una responsabilidad colectiva situar el debate político en el marco que corresponde, siendo intransigentes frente a discursos de odio que, como dijo el propio expresidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, nos hacen retroceder 200 años.

Por otra parte, habiendo transcurrido ya un tiempo de este periodo presidencial y parlamentario, la oposición ya no puede culpar a la actitud del actual oficialismo en el periodo anterior del modo desvirtuado en que se está haciendo uso de la figura de la acusación constitucional. Todas las que hemos conocido en este tiempo han carecido de fundamentos y así lo han corroborado juristas y el propio parlamento, lo cual nos distrae de debatir los hechos realmente importantes como, para no ir más lejos, la gestión en su propio mérito del ministro Ávila sin recurrir al equivocado argumento de la infracción constitucional.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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