A pesar de que el hecho ya se conocía, es de una enorme importancia el audio dado a conocer por CNN Chile, en el que Orlando Letelier -ministro de Defensa al momento del Golpe, antes canciller y luego prisionero en Isla Dawson y asesinado en Washington por orden de Augusto Pinochet según información desclasificada por la CIA- señala que el presidente Allende iba a convocar a un plebiscito el 11 de septiembre de 1973 para definir su continuidad en el cargo, consciente del estado de agitación al que había sido llevado el país por distintos factores. Aquella decisión también nos fue ratificada por Sergio Bitar en la serie Testigos, que ha preparado nuestra emisora, quien nos señaló que Allende lo había anunciado en un almuerzo el 10 de septiembre.
Este hecho vuelve a demostrar que, inusualmente para los parámetros de la época, Allende no concebía el socialismo, por el cual tanto había luchado, sin democracia. Y que frente a dilemas, reales o imaginados, tales como la dictadura comunista a la que hacían alusión algunos dirigentes de oposición, la Guerra Civil o el Golpe de Estado, el Presidente estaba decidido a delegar en la voluntad soberana del pueblo la continuidad del proceso, sin con ello provocar el quiebre de su coalición. Es decir, a resolver la crisis democrática profundizando la democracia.
Por otra parte, la provocadora reivindicación subliminal del Golpe que hicieron las bancadas de Chile Vamos al aprobar la lectura del proyecto de acuerdo de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de 1973, ha servido para volver a poner encima de la mesa el rol de la Democracia Cristiana. La declaración del Grupo de los 13, inmediatamente después del Golpe, señala textualmente que “condenamos categóricamente el derrocamiento del Presidente Constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo Gobierno, por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido, fuimos invariables opositores”. Este texto fue suscrito entre otros por cuatro diputados que tres semanas antes habían votado a favor del acuerdo, por lo que mal podría interpretarse que el propósito de su acción fuera dar luz verde al Golpe de Estado. Es importante subrayar que si bien un sector importante de la Democracia Cristiana fue partidaria de la acción golpista, con el paso de los años ha sido la declaración del Grupo de los 13 ha sido reivindicada por la Falange en vez de la declaración que hizo el órgano oficial del Partido. De hecho, el actual presidente de la DC, diputado Alberto Undurraga, señala que “nos habría gustado que (la condena del Golpe) hubiese sido la posición oficial del partido en 1973″.
Ambos señalamientos contrastan con la actitud de los partidos de Chile Vamos, que parecen no darse cuenta de la gravedad de la deriva que están siguiendo. Todo lo demás es legítimamente opinable, pero un piso mínimo, irreductible, para construir nuestra comunidad es el de la valoración de la democracia y los derechos humanos. No sabemos qué consecuencias tendrá en el futuro para el país que un sector tan importante de la política chilena se ponga por debajo de aquello.