Cierta derecha linarense, que obra como fanaticada pinochetista, realizó el domingo 10 de septiembre un homenaje a Augusto Pinochet en el Teatro Municipal de la ciudad. La prensa local (1) informó que el acto fue convocado por adherentes del general y por el Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas y Carabineros. En el acto, donde no se ocuparon todos los asientos, se volvió a escuchar la voz “pronunciamiento militar”, la monserga de la “liberación nacional” e incluso se vendieron libros para apoyar a “nuestros presos” de Punta Peuco (2). Estuvo presente la presidenta comunal de la UDI y se exhibió la “piedra” de Pinochet, una piedra de gran tamaño y peso, una suerte de monolito que luego que se denunciara su instalación, desde hace años, en terrenos administrados por el Ejército de Chile, fue retirado del espacio público y apropiado por un particular (3).
Los símbolos patrios fueron violentados gravemente al cantarse la canción nacional con las dos estrofas que incorporó la dictadura, y al vincularse la bandera nacional con la figura de Pinochet, cuya sola presencia divide al país por los graves crímenes cometidos bajo su gobierno, y por su propio historial ligado a corrupción y fraudes al fisco (caso Melocotón y caso Daniel López).
El retorno del pinochetismo, de la mano del Partido Republicano y de la UDI, va en dirección claramente opuesta a lo propuesto por el alto mando del ejército en la etapa 2018-2022, y que se refuerza en la publicación reciente del excomandante Martínez: “El ejército, como institución permanente de la República, se debe a Chile y a los chilenos y no pertenece ni puede ser identificado con ningún sector político en particular” (4).
Ricardo Martínez, un general de ejército de destacada trayectoria profesional, primera antigüedad de su generación, ex comandante en jefe del Ejército, no un “comunista”, pone, a partir del ethos militar, a la familia militar pinochetista en su sitio correcto: se trata de un fenómeno a superar, de una perversión de los auténticos valores militares.
Lamentablemente, al conmemorar los 50 años del 11 de septiembre de 1973, cierto sector de la derecha chilena, dejándose cautivar por el fanatismo y por consignas cargadas de odio, parece empujar a todo su sector para reivindicar a Pinochet y su Gobierno.
El pinochetismo, luego de 50 años del golpe, ha condenado a toda la derecha, como los dioses condenaron a Sísifo, a tratar de llevar a su líder a la cima, sin éxito. El dictador es una piedra arrastrada, una pesada carga de gran tamaño y volumen, que caerá una y otra vez del pedestal en que se le quiere instalar por sus furiosos adherentes: no podrán mantener a Pinochet en lo alto, como referente de la chilenidad y del honor patrio, a pesar de todos los esfuerzos que hagan año tras año. Lo impedirán sus crímenes y la verdad que viene surgiendo de entre los expedientes judiciales.
Notas
- https://www.diarioelheraldo.
cl/noticia/linares- autorizados-2-actos-a-50-anos- del-golpe-de-estado-en-chile - Linares en Línea (https://www.facebook.com/
linaresenlineaoficial) - Fin a la Plaza Augusto Pinochet en Linares ¡no hay mal que dure cincuenta años!
- Martínez Menanteau, Ricardo, Un Ejército de Todos, ediciones JC SAEZ, 2023, pág. 15.