Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 16 de julio de 2024


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Columna del Director Patricio López P.
Jueves 30 de noviembre 2023 11:13 hrs.


Henry Kissinger: un criminal de guerra obsesionado con Chile



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Siendo chileno, habiendo nacido y vivido en Chile, la figura de un dirigente como Henry Kissinger no puede sino provocar profundo repudio. Salvo, por cierto, que aún se reivindiquen explícita o larvadamente las atroces y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura. Pocos, quizás ningún dirigente mundial, hizo tanto daño deliberadamente y por tantos años promoviendo la destrucción de la institucionalidad y de la democracia chilenas, primero, y avalando después las aberraciones cometidas contra cientos de miles de habitantes de este país, lo que solo se vio interrumpido cuando un dictador surgido a imagen y semejanza de las circunstancias que propició Estados Unidos, Augusto Pinochet, osó ordenar un crimen a pocas cuadras de la propia Casa Blanca, como fue el asesinato de Orlando Letelier.

No hay ningún otro ciudadano estadounidense, que además haya alcanzado altas responsabilidades de Estado, que se haya obsesionado más con Chile y, muy en especial, con el eventual ascenso que desde principios de los 60 representaba el auge de una izquierda liderada por Salvador Allende. Con el paso de los años, y en especial gracias al denodado trabajo de investigadores que han hecho mucho por el establecimiento de la verdad histórica, como Peter Kornbluth, hemos podido saber cómo desde la noche del 4 de septiembre de 1970, cuando Allende obtuvo la primera mayoría relativa en las elecciones presidenciales, Chile pasó a ser el principal e intensivo motivo de preocupación de Kissinger, a pesar de ostentar el cargo de secretario de Estado de la principal potencia del mundo y de que Chile era un pequeño país situado al final del hemisferio sur. Para tal efecto convenció al presidente Nixon de involucrar a la CIA, se reunió con Agustín Edwards y así intensificó sus intentos por desestabilizar este país, cuyo primer gran hito fue el asesinato del comandante en jefe del Ejército, el general constitucionalista René Schneider. Así, para quienes señalen que el Golpe fue una consecuencia de la Unidad Popular, harían bien en recordar que Henry Kissinger intentó que se diera un golpe incluso antes de que ese gobierno asumiera.  

Pero, dicho todo esto, Chile es solo un capítulo del prontuario de Henry Kissinger, quien fue un dirigente imperial desalmado que no trepidó en instigar matanzas y conspiraciones, así como ordenar guerras en cualquier lugar del mundo donde pudiera verse, en su mirada extremista, amenazada la supremacía planetaria de Estados Unidos. 

Para decirlo más directamente, y esto no es una opinión, sino una mera descripción acumulada en una montaña de evidencia: Kissinger fue un genocida y un criminal de guerra a escala planetaria, uno de los peores del siglo XX.

Más allá de que las políticas de los gobiernos con vocación imperial no cambian sustantivamente a través del tiempo, el gobierno de Estados Unidos hizo durante la conmemoración de los 50 años del Golpe una serie de gestos a Chile, entre ellos una nueva desclasificación de archivos de la CIA, con una retórica crítica de lo obrado por sus dirigentes hace medio siglo. Es así que habiendo transcurrido varias horas de conocida la muerte de Kissinger, el repudio es mundial y generalizado, así como nadie se atreve a reivindicarlo.   

Envíanos tu carta al director a: patriciolopez@u.uchile.cl