Señor director:
No es sorpresa que la seguridad es el tópico más relevante de la agenda social, ya que la delincuencia tiene grandes efectos sobre la vida de las personas. A pesar de que la implementación del Plan Calles Sin Violencia ha mostrado avances en diversas comunas, y de los grandes esfuerzos de los municipios, aún las familias viven con una sensación de inseguridad, a la debemos seguir atendiendo como prioridad.
Desde las comunas rurales hemos visto cómo la agenda de seguridad no ha atendido a cabalidad las características particulares de nuestros territorios alejados de la urbe. No es lo mismo enfrentar la delincuencia en una comuna bien conectada y de extensión territorial reducida, que hacerlo en Melipilla, donde existe un amplio territorio, conectividad reducida, y diversas actividades agrícolas.
Por estas particularidades es necesario generar acciones que respondan a las necesidades del territorio, como el decomiso y comiso de cocinerías irregulares que realizamos el pasado martes 30 de enero en las cercanías del Cementerio Municipal, y que incautó 6 toneladas de especies, pasando de tener un espacio sucio, atochado, lleno de recovecos, inseguro y con ruidos molestos durante la madrugada, a contar con un espacio público libre para el tránsito de la comunidad.
Detrás de esto no sólo está la venta de alimentos, sino que el trasfondo reviste de cientos de personas irregulares en nuestro país que diariamente viajan a Melipilla para ser parte de las faenas agrícolas. Con esta acción seguimos avanzando en más justicia territorial, y respondiendo a la demanda de la ciudadanía de vivir de manera segura, porque la seguridad es un derecho fundamental.
Lorena Olavarría Baeza, alcaldesa de Melipilla
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