Recientemente el Tribunal de la ciudad de Estrasburgo hizo noticia a nivel mundial debido al fallo que asegura que el Estado suizo violó los derechos humanos de un grupo de mujeres de la tercera edad por inacción y encontrarse “lagunas críticas” contra el cambio climático.
Lo anterior puede sentar precedentes jurídicos hasta hoy impensables y es que a partir de este fallo los derechos humanos adquieren, al menos en su dimensión de protección de las personas ante los efectos derivados del cambio climático, una nueva dimensión.
Uno de los primeros pasos en este sentido, se dio el año 2009 cuando desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reconocía a través de un nutrido informe la relación estrecha entre el cambio climático y los derechos humanos, y hoy, casi quince años después el Tribunal de Estrasburgo le dio la razón a ese informe.
Este fallo es tanto una victoria para las personas como para el clima global, y es que los efectos del cambio climático afectan directamente sobre, por ejemplo, el derecho a la alimentación. En ese sentido, recordemos las crudas cifras entregadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, “se prevé que el cambio climático ponga en riesgo de padecer hambre hasta a 80 millones de personas más a mediados de este siglo; una cifra que se sumaría a los 828 millones de personas que pasaron hambre en 2021”. Y estas cifras sólo dicen relación con los efectos del cambio climático, sin considerar importantes factores como los conflictos bélicos o genocidios como el que está ocurriendo en Gaza.
Desde la Vicepresidencia de DDHH que presido, junto con celebrar este fallo, hacemos un llamado a los gobiernos para que tomen medidas urgentes para frenar el cambio climático y a abordar la emergencia climática como una crisis de los derechos humanos.
Fanny Pollarolo, vicepresidenta de DDHH del PS