Cohesión Social y cuidados: nuevos desafíos para la superación de la pobreza

  • 21-10-2024

La superación de la pobreza en Chile es un desafío de Estado. Y pese a que la discusión en ocasiones se reduzca a círculos especialistas o coyunturas específicas como las emergencias o catástrofes, la realidad de miles de familias y personas que sufren diferentes tipos de carencias demuestra que se trata de un desafío que conserva plena vigencia y que muta de manera permanente.

Desde el Ministerio de Desarrollo Social y Familia reconocemos los avances que han permitido complejizar la aproximación que tenemos como Estado a la pobreza. Hace 20 años este ministerio se orientó a garantizar el derecho de las personas más vulnerables a contar con prestaciones sociales con la creación del Sistema de Protección Social y desde hace casi 10 años se cuenta con una medición de pobreza multidimensional.

En ese sentido, el año 2015 la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) comenzó a medir variables asociadas a los vínculos sociales; como también a que las redes y la cohesión social son de suma relevancia para la realización de objetivos personales y colectivos, así como para fortalecer la libertad, la confianza, la calidad de la convivencia y el acceso a oportunidades en la vida cotidiana.

Para avanzar en este camino, el Gobierno del Presidente Gabriel Boric se ha comprometido con mejorar las condiciones de vida de la población reconociendo un nuevo factor de vulnerabilidad, olvidado hasta ahora: los cuidados. La creación del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados que se está discutiendo en el Congreso viene a reconocer el derecho al cuidado y a crear la institucionalidad necesaria para avanzar en una distribución más equitativa de los cuidados.

Esta iniciativa cobra relevancia en el debate sobre la superación de la pobreza debido al estrecho vínculo que existe entre empobrecimiento y dedicación a los cuidados sin retribución ni reconocimiento. No es casual que un tercio de las mujeres que se encuentran fuera de la fuerza laboral declaren estar en esta situación por razones familiares permanentes y que Chile tenga una de las tasas de participación laboral femenina más bajas de Latinoamérica. Sin medidas urgentes y decididas, el acelerado envejecimiento poblacional agudizará esta situación.

Por ello, para el Gobierno, atender los vínculos sociales que determinan la pobreza y reconocer los cuidados es una prioridad. De ahí que el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) ha incorporado la cohesión social en todos sus programas y puesto énfasis en el rol de dichos programas en la contribución a la autonomía económica de las personas cuidadoras. Un elemento para tener en cuenta es que más del 40% de las personas del módulo de registro de personas cuidadoras del RSH postula a programas del FOSIS.

Ejemplo de lo anterior es el programa Juntos Más Barato, que acompaña y capacita a vecinas y vecinos de territorios con alta vulnerabilidad para que se organicen y realicen compras colectivas de productos de primera necesidad, lo que por una parte beneficia a sus presupuestos familiares y, por otra, fortalece los lazos comunitarios y redes de apoyo. Por otro lado, uno de los focos que ha incorporado FOSIS es entregar oportunidades —por ejemplo— para el empleo independiente, ya que de ese modo las personas pueden generar ingresos autónomos que no se contrapongan con su labor de cuidado.

Estos son solo algunos ejemplos de lo que estamos haciendo desde el Gobierno en la generación de políticas públicas, para avanzar en la superación de la pobreza. Por una parte, continuamos trabajando por construir tejido social y aumentar la cohesión social tan mermada en las últimas décadas. Por otra, abordamos dimensiones olvidadas que han mantenido a muchas mujeres y familias en situación de vulnerabilidad por cuidar.

En este mes de la erradicación de la pobreza, es fundamental retomar esta agenda, mirar lo que hemos hecho y repensar el camino hacia un Chile sin pobreza.

Por Javiera Toro Cáceres, ministra de Desarrollo Social y Familia
y Nicolás Navarrete Hernández, director nacional de FOSIS

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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