Por estos días, la actriz y dramaturga Malucha Pinto se encuentra presentando las últimas funciones de “Las aguas de la memoria“. Un montaje que viene a cerrar la trilogía teatral bautizada como “Memoria de la luz” y que, a través de múltiples aristas de análisis, se pregunta por un cuerpo herido que viaja por las llagas abiertas de Chile.
“Ha sido realmente una experiencia muy poderosa. Tenemos muy pocas posibilidades de encontrarnos en el espacio público. Ya no hay lugares donde juntarnos a conversar sobre lo que nos pasa y nos pasó. Y el teatro tiene esa maravillosa cualidad. Entonces, la gente habla”, comentó Pinto sobre el recibimiento de esta historia, que cerrará su temporada con funciones este viernes 25 y sábado 26 de octubre en Matucana 100.
En ese sentido, la actriz destaca especialmente la participación de audiencias jóvenes. “Nos han compartido una reflexión sobre lo hermoso que es estar ahí de nuevo. Porque esta obra es una que se teje desde el corazón. Es el camino hacia las emociones. No es una obra panfletaria ni llena de datos duros. Es todo aquello pasado por el cuerpo y por el corazón porque hay que empezar a sentir nuevamente”, afirmó Malucha.
“El cuerpo herido, el cuerpo alegre, el cuerpo esperanzado, el cuerpo que siente y que se vincula. A la gente joven le ha pasado eso. Volvemos a estar ahí. Dejó de ser un dato que nos gusta o no nos gusta, sino que podemos sentir y darnos cuenta de lo que fue en toda su dimensión y amplitud”, sumó.
Sobre la línea argumentativa del montaje, su directora compartió que se trata de “una historia de amor apasionada, con beso, con lengua, con esta pasión entre dos seres muy distintos: un joven revolucionario con una chica que es hija de un conspirador de la dictadura y que se encuentran en ese espacio. El de las ganas, la creación, la pasión”.
Labrar la memoria
A lo largo de su extensa trayectoria, el tópico de la memoria ha representado una de las principales inquietudes de Pinto. “Tengo la sensación de que vivimos en un país donde hace mucho tiempo que se viene dando la ausencia de reflexión. Cuando no somos capaces de reflexionar colectiva o individualmente en torno a lo que nos va pasando, no aprendemos nada. No vamos construyendo identidad o, al menos, conociendo quiénes somos. Somos lo que fuimos, además. Es muy importante entenderlo y saberlo”, aseguró sobre la importancia de trabajar la memoria.
“El futuro se nos va escapando y no vamos construyendo desde lo que somos. Y entonces, nuestras construcciones son frágiles. Así, estamos hoy en el escenario de un mundo que se nos derrumba, de instituciones que se nos derrumban, de un poder que se nos derrumba, en fin. Nosotros, como colectivo teatral, estamos siempre en esta búsqueda de comprender, investigar y reflexionar con otros y otras sobre temas trascendentales. Por eso la memoria”, reflexionó Malucha.
Además, la artista profundizó en la metáfora del cuerpo herido para hablar de las heridas que sostienen a nuestro país: “Somos un cuerpo herido desde su origen. Chile nace con el genocidio mapuche en su origen, algo de lo que no nos hemos hecho cargo y que ha generado una herida permanentemente abierta y que se va complejizando cada vez más”.
“Y si seguimos avanzando en la historia, tenemos una historia atestada de heridas. Ránquil, Punta Arenas, Santa María de Iquique… Tenemos muchas situaciones a lo largo de la historia que han ido abriendo heridas que no se han cerrado, de las que no nos hemos hecho cargo y que no hemos analizado”, sentenció la actriz.
Episodios que, igualmente, tienen el común denominador de ser incómodos para el establishment. “Leía un proverbio africano que me encantó y que dice que si las historias de cazas no fueran contadas por los cazadores, sino que por los leones, tendríamos historias completamente distintas. Eso pasa hasta con la historia reciente. El estallido social y cómo ya se está escribiendo hoy por el poder constituido, que es asombroso”.
“Nos volvemos a quedar sin la posibilidad de reflexionar sobre ese momento histórico tan importante y donde ocurrieron tantas cosas diferentes. Las cosas no son de una manera, son de muchas. Y es en ese vínculo entre las distintas maneras que uno va entendiendo y comprendiéndose. Y esto también pasa a nivel personal. Somos también familias que no nos hacemos cargo de nuestros traumas, heridas, de nuestro cuerpo herido”, aseguró Pinto.
“El abuso en Chile es algo completamente extendido. Hace poco, diez amigas nos juntamos a comer. Ocho de ellas habían sido abusadas o por un tío, un padre o un abuelo. Es mucho. Aquí hay una situación de violencia, de abuso de poder. Porque tiene que ver con este occidente masculinizado que es colonialista. Creo que ya que la política está siendo completamente incapaz de reflexionar, solo queda el espacio de la cultura y el arte. Es ahí donde podemos hacerlo”, concluyó Malucha.