La entrevista política es un duelo que tiene códigos definidos, se sustenta en preguntas y respuestas de interés noticioso, es un encuentro de trato respetuoso y agudo hacia el entrevistado; una buena entrevista política será valorada en la medida que el personaje requerido se esfuerza en responder los temas de interés del entrevistador, los cuales no deberían diferir de las materias que nos presenta la agenda noticiosa.
Que en el noticiero central de TVN se le formule una batería de preguntas triviales a un excandidato presidencial, expresa, a lo menos, una no alineación del género televisivo con los objetivos noticiosos de la entrevista: Con un ojo mira los estudios del noticiero y con el otro el programa de farándula.
¿Fue muy dura su detención, con quien compartió en la cárcel, intercambio libros, habló con el abogado Hermosilla…?, son algunas de las preguntas razonables para animar un asado o una cena íntima, un programa de perfiles o de telerrealidad, sin embargo, son intrascendentes como sustento del noticiario central de un canal público.
Nueve minutos de entrevista y ninguna pregunta importante, Nueve minutos de entrevista y ninguna pregunta que permitiese al entrevistado desarrollar una idea, Nueve minutos de entrevista y el periodista persiste en tratar al exalcalde y excandidato presidencial como si fuese un competidor de reality, esto refrendado por un tono y ritmo inadecuado para el tipo de entrevista que se esperaba.
Quisiera relevar tres dificultades que nuestra red televisiva arrastra hace décadas, para las que no se avizora solución: a) hay una pérdida de densidad en el oficio periodístico y de valor en el tratamiento de sus contenidos; b) a pesar de contar con escasa confiabilidad en la ciudadanía, se insiste en repetir la fórmula de los programas de magazine en los espacios de discusión e información política y, c) nuestra televisión pública está sumida en una crisis de formatos y contenidos que la mantiene alejada de las audiencias y su histórico departamento de prensa no escapa de esa evaluación ciudadana.
La producción, realización y difusión de la entrevista que el periodista Iván Núñez hizo al ex alcalde Daniel Jadue, expresa el actuar ideológico de la prensa, más que relevar el valor noticioso de un acontecimiento.
Falla el periodista de TVN cuando intenta transformar a un personaje político en un sujeto banal y superfluo, despojándolo de su condición de fuente de interés para una parte importante de la población.
Falla el editor de TVN cuando estructura una nota informativa en donde el periodista adquiere mayor relevancia que el entrevistado. Hoy no se comentan las opiniones sobre la coyuntura política de Daniel Jadue, el público se divide en aprobar o rechazar la acción del entrevistado como consecuencia del comportamiento del periodista.
Falla la dirección de prensa de TVN cuando pretende hacer noticia de un acontecimiento (el intento de entrevista) que hace predominante un diálogo que no se produjo y no, los temas que deberían haber convocado a ese diálogo.
La crisis de las instituciones, la desconfianza aprendida y las medias verdades que copan nuestra prensa, debiesen invitarnos a reflexionar sobre el país que tenemos, el que país que soñamos y los cambios urgentes que deben hacerse a todo el sistema de medios en función de fortalecer la alicaída libertad de expresión que vivimos.