El Barco de la Paz llega gracias a su alianza con el Comité pro Defensa de la Flora y Fauna de Chile (CODEFF), ambas integrantes de la organización internacional “Amigos de la Tierra”, que desde hace 12 años se dedican a campañas de promoción al respeto humano y al medioambiente.
Sobre la visita de la nave se refirió la Vicepresidenta de CODEFF, Jenia Jofré, encargada de la coordinación en nuestro país, quien indicó que “es una gran organización internacional, con un valor ético muy significativo para los desafíos de la humanidad. Y valor por la importancia que tiene la democracia y la voz de los pueblos. Para nosotros como Codeff, tener este aliado nos ayuda muchísimo”.
Esta vez el barco llega promoviendo las Energías Renovables no Convencionales (ERNC), y el manejo sustentable de los recursos. Esto se combina con la campaña que han sostenido para proteger la Patagonia chilena, tal como explicó la Coordinadora Internacional del Peace Boat, Emily Mclone.
“Nosotros estamos trabajando con la organización más antigua de Chile, y buscamos la campaña de patrimonio mundial, porque eso nos permite proteger la Patagonia y nombrarla patrimonio para evitar que empresas transnacionales atenten contra la poca naturaleza que nos queda”, indicó.
Mclone señaló que después del accidente de Fukushima, en Japón, comenzó un fuerte debate sobre la utilización de los recursos. En ese sentido, afirman que las energías limpias son “la fuente del futuro”.
En ese sentido, afirmó que en la Patagonia chilena puede aprovechar el viento, en el norte la energía solar, y destacó que nuestro país tiene múltiples oportunidades para explorar este tipo de energías. En ese sentido criticó la decisión de las autoridades nacionales de rebajar la meta de llegar a un 20% de ERNC al año 2020.
Por su parte, Camila Cortínez, funcionaria de CODEFF se ofreció como voluntaria para realizar el viaje, junto con otros jóvenes de intercambio de distintos países y comentó su experiencia: “En el barco se hacen intercambios culturales, gente de distintos países enseña de su cultura, enmarcados en un proyecto de ERNC, entonces presentamos la situación del país, nuestra realidad y vamos intercambiando experiencias”.
El barco permite que turistas lo aborden y sean parte de este intercambio cultural, así como de una serie de charlas y actividades que se realizan en su interior. Ahora, el Peace Boat sigue su viaje hasta Perú, El Callao, Tahíti y luego regresan nuevamente a Japón.