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Accesibilidad cultural… más allá de la rampa


Martes 16 de abril 2013 19:31 hrs.


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Los espacios de cultura, teatros, cines, museos, conciertos, centros culturales, nos abren a todos un mundo de conocimiento, crecimiento y satisfacción personal únicos.

Y Chile está creciendo poco a poco. La Ley 20.422 obliga a tener accesibilidad absoluta en todos los lugares ya sean públicos o privados, pero hay algo que también tiene que ver con la inclusividad, que va dirigida a una accesibilidad económica.

Gran parte del universo de las personas que nos encontramos en situación de discapacidad dependemos de una cantidad bastante importante de dinero. Les doy un ejemplo.  En el caso de la discapacidad física hay que considerar: Asistencia de un tercero (sueldo fijo), silla de ruedas (un millon de pesos), silla de baño (cincuenta mil pesos), modificaciones en el hogar (relativo), cojín antiescaras (trescientos mil pesos), medicamentos (sobre 100 mil) y médicos. Ah! Y hay que vivir también. Todos los valores mencionados anteriormente son aproximados. Esto tampoco incluye rehabilitación ni hospitalización, con lo que se alcanzan cifras millonarias.

Al ser una persona dependiente, la movilización, la alimentación, las entradas a espectáculos, se duplican. Es por esa razón que me gustaría hacer un gran llamado al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Ministerio de Educación y a las personas encargadas de teatros, cines, estadios y entidades privadas a estudiar la posibilidad real de una tarifa preferencial.

El acceso a la cultura no debe ser una ‘oportunidad’ de un grupo de ciudadanos con recursos económicos, debe estar al alcance de todos. La inclusión, debemos hacerla de manera igualitaria.

Existe tarifa preferencial para estudiantes y tercera edad. ¿Por qué no la extendemos a las personas con discapacidad y su acompañante? Abramos las puertas. Países como México, Perú, Colombia, España y muchos otros lo han hecho.

Invito a las personas con discapacidad de este país a visitar los espacios de cultura que sí están habilitados, como el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, de entrada liberada,  que tiene accesibilidad, ascensores y un sector de él está acondicionado para personas con discapacidad visual agregando a su muestra lenguaje Braille.

El Teatro de la Universidad de Chile a través del Centro Artístico y Cultural de la misma casa de estudios, tenía entrada liberada para las Personas con Discapacidad y su acompañante. Aproveché ese beneficio en varias ocasiones, hasta que un día recurrí al mismo sistema y me encontré con la sorpresa de que esa ventana cultural preferencial ya no existía. Me comuniqué con el Teatro y sorprendida me informan que contaban con auspiciadores para esto que ya no tienen, pero hay otro punto muy importante: las Personas con Discapacidad se les pedía ir con un acompañante y no asistían con él, y el personal del teatro los acompañaba y se molestaban. Nuevamente hay responsabilidad compartida.

Mi propuesta es la siguiente, simple y clara: Personas con la cédula de identidad y su carnet de SENADIS, 50% de descuento en su entrada y su acompañante para todo tipo de espectáculo y en todo recinto ya sea público o privado. Que estar inscritos en el Servicio Nacional de Discapacidad, sea una ventaja tangible y concreta.

Si la Educación es el único camino para construir una sociedad diferente, igualitaria, respetuosa e inclusiva ¡Manos a la obra!. ¡Tarifa preferencial, señores!

Hagamos un país inclusivo, pero más allá de la rampa. Hagamos un acceso cultural, pero desde lo concreto. Abramos las puertas de la cultura, siempre de manera igualitaria. Mientras la comunicación efectiva y clara exista, los convenios también existirán.

La unión hace la fuerza… trabajemos por ella.