El 65 por ciento del total de dividendos quedó en manos de tres instituciones: Banco de Chile, Banco Santander y BCI, lo que da cuenta de una industria altamente concentrada.
Con los 380 mil 422 millones de utilidades se podrían construir 5,4 Hospitales Regionales; casi 200 complejos habitacionales para 150 familias cada uno y 474 Liceos Bicentenarios. Sólo en un trimestre.
Por ello y por los bajos salarios, la negativa de aumentar el sueldo base a 250 mil pesos, los índices de pobreza y desigualdad, entre otros factores, es que Gonzalo Cid, economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo calificó las utilidades de los bancos como escandalosas.
“Aquí la ley da muchas ventajas a los grupos financieros, a los bancos, a las casas comerciales. Si bien los temas son permitidos, éticamente son bastante reprochables. No es posible que en nuestro país, mientras tengamos estos niveles de pobreza, los bancos y los grandes grupos financieros tengan tales niveles de utilidad. Y creemos que las regulaciones, tanto lo que tiene que ver con reforma tributaria, tendrían que considerar aspectos que hagan que estas ganancias no se sigan dando y que la distribución del ingreso vaya siendo más pareja”, manifestó Cid.
Andrés Solimano, ex director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, aseguró que la Tasa Máxima Convencional, actualmente en discusión en el Congreso, junto a otros factores como el llamado “spread bancario” y el espíritu rentista que caracteriza a estas entidades financieras explican, en parte, las altas utilidades.
El experto advirtió, eso sí, que gran parte del excedente económico del país se encuentra en este sector. “El impuesto a las empresas es un crédito tributario, después los dueños lo descuentan de su declaración de gastos complementarios. Entonces el régimen tributario para las empresas y bancos es bastante favorable para los dueños y en una revisión de propuestas tributarias debiera considerarse esa realidad”, punto que varios candidatos presidenciales han incluido en sus programas.
“La distribución del ingreso entre pagos a los dueños del capital versus ingresos del trabajo está bastante cargado a los dueños del capital, por lo tanto un sistema tributario en cualquier parte que cumpla un rol redistributivo debiera equilibrar más la carga entre esos dos componentes: capital y trabajo”, explicó.
Tanto Gonzalo Cid como Andrés Solimano concordaron en que si bien los créditos económicos son legítimos, no son éticos, por lo que es necesario modificar los marcos normativos vigentes.
