Siete reos de los módulos 53 y 54 de la cárcel concesionada de Valdivia decidieron este lunes coser sus bocas, como medida de presión para exigir el traslado a un recinto penal más cercano a sus domicilios, en la Región Metropolitana.
La medida se suma a la huelga de hambre protagonizada por siete reclusos desde el 22 de mayo y que se extenderá de manera indefinida, con el objetivo de llamar la atención de Gendarmería y agilizar así su traslado, el que esperan desde hace un año.
Los internos acusan que la institución carcelaria ha vulnerado su derecho a la reinserción social y a permanecer cerca de sus familias. Gendarmería descarta estas acusaciones, asegurando que los reos se encuentran en Valdivia debido a las condiciones de hacinamiento que afectan a otros penales.
El director regional de Gendarmería, Ricardo Olivares, aseguró que se iniciarán las gestiones para que los reos depongan esta medida lo antes posible.