En la capital, Dacca, los colegios electorales abrieron a las ocho de la mañana, sin gran afluencia y  con una participación que podría ser inferior al 26% registrado en las elecciones amañadas de 1996. Ocho horas más tarde, los colegios cerraron y los primeros resultados deberían conocerse a primera hora del lunes.

En estas elecciones la primera ministra, Sheikh Hasina Wajed, espera una victoria segura, ya que su partido, la Awami League, y sus aliados se presentaron sin competencia en 153 de las 300 circunscripciones del país.

La principal formación opositora, el Partido Nacionalista de Bangladesh (PNB), llamó a boicotear los comicios y ha convocado en las últimas semanas una serie de huelgas para impedirlos. La primera ministra acusó a su vez a la líder opositora, Khaledazia, que dice estar en arresto domiciliario, de “tomar de rehén al país”.

Antes de la celebración de los comicios, la oposición pidió la renuncia del gobierno y la instauración de un ejecutivo neutral y provisorio, como sucedió en el pasado. Sin embargo, la primera ministra se negó.

Ante esta situación de bloqueo, Estados Unidos, la Unión Europea y la Commonwealth renunciaron a enviar observadores, lo que debilita aún más la credibilidad de estos comicios.

Bangladesh ha conocido en 2013 el año más violento desde su independencia de Pakistán en 1971. Según una ONG, 500 personas habrían muerto de forma violenta desde enero de 2013 entre ellos una serie de activistas que protestaron contra las condenas a muerte de cientos de dirigentes islamistas, por crímenes de guerra cometidos en 1971. De hecho el principal partido islamista del país, Jamaat-e-Islami, tiene prohibido participar en los comicios de este domingo.